Honran trayectoria de la escritora fronteriza Zorina Medrano. Comunidad artística y cultural de ambos Laredos, se reúne para entregar una medalla especial a la poeta.
La también cronista fue acompañada en este evento por familiares, amigos y colegas, quienes le dieron un caluroso recibimiento, para enseguida pasar a la ceremonia oficial.
Antonio Saravia, promotor cultural, actor y encargado del Cine Club local, ha dedicado desde hace varios años su trabajo al estudio y análisis de la vida y obra de diferentes personalidades del arte y cultura en la ciudad, en base a ellos, realiza la propuesta para quien recibirá la medalla especial por su trayectoria.
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En esta ocasión reconocieron la labor artística y humanitaria de Zorina Medrano, quien a lo largo de su vida, demostró ser una mujer de valía, principios, valores y entrega a su comunidad. Además de un gran talento para la escritura y composición.
Zorina Medrano nació en Comales, Tamaulipas, el 28 de diciembre de 1951. Su padre, quien laboraba en la aduana, la llevó junto a sus numerosos hermanos a Tampico, donde después por el huracán Hilda, fueron reubicados a Nuevo Laredo y es ahí donde empezó su camino.
Orgullosa de sus raíces
De madre indígena huasteca y de padre de descendencia española, Zorina siempre ha estado orgullosa de sus raíces variadas. Creció con muchas carencias, no tuvo los medios para estudiar la secundaria. Su paso por la educación lo hizo siendo un adulto, estudió la secundaria y preparatoria abierta.
Posteriormente se convirtió en empresaria y comerciante, pero el deseo de seguir con los estudios nunca cesó. A mediados de los 90, ingresó a la Universidad Autónoma de Tamaulipas y años después al cumplir 50, se graduó con honores con la primera generación de abogados de la UAT.
Nunca ejerció su profesión por dinero, toda su labor fue en pro de los derechos humanos. Fue fundadora del programa de trasladados y preliberaciones de presos en el país, único en la nación.
Con ese programa, miles de presos que ya debían ser liberados, pero por cuestiones de burocracia seguían presos, obtuvieron su libertad, y otros cientos fueron trasladados a sus lugares de origen para estar cerca de sus familias. En muchas ocasiones puso su vida en riesgo para ayudar a la comunidad sin buscar nada a cambio.
Su vida literaria comenzó joven, gracias a su incursión en el Taller de Arte Renacimiento. Es ganadora de múltiples premios por su obra literaria y por su trabajo como compositora musical. Sus poesías han sido utilizadas por generaciones para concursos de declamación que han obtenido importantes premios a nivel nacional.
Del 2005 al 2007 fue cronista municipal, trabajo que desempeñó con éxito, siendo reconocida a nivel estatal por su labor. Es hasta la fecha la única cronista mujer, pero no sólo eso, la única que realizó las crónicas que su trabajo estipula, sus libros de crónicas se encuentran en bibliotecas municipales.
Es madre de tres hijas, y del escritor Jorge Santana. También es viuda del vista aduanal Jorge Santana.