Repudiadas y temidas por millones de personas alrededor del mundo, en primera instancia sería difícil encontrar alguna similitud entre las víboras o serpientes con los seres humanos, pero existe y es evidente.
Asociadas por mucha gente a fuerzas malignas, de “sangre fría”, ponzoñosa y que para desplazarse se tienen que arrastrar, con esas características es difícil encontrar algún punto de coincidencia fisiológico entre las víboras y los seres humanos.
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Realmente, por sus características físicas y fisiológicas, las víboras son unos seres asombrosos, pero que sufren del desprecio de la mayor parte de la humanidad; aquí te diremos algunas características de ellas, y por supuesto, el punto en el que coinciden con los humanos.
Son el segundo reptil más numeroso
Se tiene conocimiento de que existen unas 3,789 especies de serpientes, cifra que las ubica como el segundo grupo más grande de reptiles después de las lagartijas.
Están en casi todo el mundo
En casi todo el mundo puedes encontrar algún tipo de serpiente, casi en cualquier tipo de hábitat, desde océanos hasta montañas; bosques hasta sabanas, excepto en la Antártida, aunque hay una especie de serpiente, la víbora europea común, que vive al norte del círculo polar ártico.
Son ectotérmicas, dependen de la energía solar
A diferencia de los mamíferos y las aves que son capaces de regular internamente su temperatura corporal, las víboras necesitan de fuentes de calor, como el sol, para calentarse. El término ectotérmico significa que su temperatura corporal es variable y está regulada por fuentes externas.
La gran similitud entre las víboras y los humanos
Algo que los humanos tenemos con común con las serpientes, es la piel, que tiene como uno de sus principales elementos a la queratina, elemento que es esencial también en uñas y cabello, que constantemente están creciendo. En el caso de las víboras, su piel tiene una fuerte presencia de queratina. Mientras nosotros debemos cortarnos las uñas y el cabello, las serpientes tiene que cambiar de piel a menudo, en una sola pieza.
Aunque siguen siendo mal vistas, las víboras tienen unas características asombrosas, motivos por los que son víctimas del comercio de vida para usarlas con diferentes fines.