Para los ganaderos locales, las lluvias que se presentaron en los últimos meses (mayo-julio) -aunado a un verano y canícula no tan severa- garantizaron la operación agrícola del resto del 2024 para un cierre favorable del año, pues durante este tiempo no ha sido necesario el acarreo de agua y otras medidas que se toman en tiempos de sequía.
“Esta canícula que no la hemos visto tan fuerte en calor, estuvieron muy bien los días y de lluvias. Gracias a Dios hemos estado muy bien, ya que de eso depende para que el animal se críe bien, la vaca coma bien, haga su leche y todo para que crezca y esté en muy buenas condiciones para su venta”, expresó Rodolfo Treviño Benavides, presidente de la Asociación Ganadera de Nuevo Laredo.
En lo que va del año se han registrado más de 307 milímetros de lluvias, lo que representa un 14 por ciento más que el promedio para este periodo entre enero y julio, pues en agosto no se han presentado aún precipitaciones de consideración.
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Del total de lluvias en el año (307 mm), la mayoría, es decir, el 74.2 por ciento, se presentó entre los meses de mayo, junio y julio, que fueron los más beneficiosos para el campo de Nuevo Laredo y la región. “De perdido para cerrar bien el año, sí ha habido mucha agua más como para terreno, hay partes que no ha llovido mucho para las presas, pero no hemos escuchado y visto gente que ya ande acarreando agua para el ganado.
“Fueron dispersas las lluvias, pero un día fue para unos, otro para otros, se habla de que fue general y estamos muy bien muy
contentos”, comentó.
Mientras que la situación del campo es favorable a nivel local por las razones anteriores, los niveles de la presa La Amistad, encargada de surtir de agua a Nuevo Laredo, se encuentra en niveles críticos.
En un año, La Amistad, ubicada en el área de Acuña, Coahuila, ha perdido hasta 15 por ciento de su almacenamiento, y aunque no se han dictado medidas restrictivas aún, sino exhortos de reducir y cuidar el agua, la presa se en- cuentra en niveles considerados críticos, pero apenas suficientes para garantizar el consumo humano en las comunidades que dependen del embalse.