Halloween ha transformado las calles de Nuevo Laredo, donde las fachadas de numerosas viviendas de la colonia Viveros se han convertido en escenarios para muñecos gigantescos y aterradores inflables.
Estos adornos no solo sorprenden por su tamaño, que en muchos casos sobrepasa el de las propias casas, sino también por la creatividad y detalle que sus propietarios han impreso en cada uno, creando un espectáculo digno de que se te levanten los pelos de punta
Se 'llena de miedo' la colonia Viveros
Entre las colonias que más destacan en esta temporada se encuentran aquellas de mayor tradición, como la popular colonia Viveros, donde los residentes han hecho de sus casas verdaderos paisajes de terror urbano.
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Un claro ejemplo es una residencia en la calle Cuauhtémoc, situada entre Maclovio Herrera y Simón Bolívar. Allí, la acera y fachada se encuentran llenas de figuras de horror, desde esqueletos gigantes y la muerte, hasta icónicos personajes como el Hombre Lobo y “Leatherface” de la película “Masacre en Texas”.
Muchas de estas figuras están animadas con luces, sonido y movimiento, aumentando la experiencia para quienes deciden explorar estos espacios.
Los visitantes, especialmente familias y grupos de amigos, encuentran irresistibles estos adornos, que se han convertido en locaciones improvisadas para las fotos del recuerdo.
Una experiencia 'sepulcral'
Con teléfonos en mano y buscando el ángulo perfecto, los curiosos se detienen a inmortalizar su visita a estas viviendas decoradas con esmero "sepulcral".
A pesar de ser una tradición de origen estadounidense, el Halloween ha ganado terreno en esta zona fronteriza, donde se mezclan elementos locales como calaveras y catrinas con los monstruos y personajes típicos de la festividad “gringa”.
Así, por una noche, los residentes de las colonia e Nuevo Laredo viven una experiencia 'sepulcral' única, en la que lo tétrico se convierte en arte y las calles en pasajes de fantasía y susto para quienes se atreven a recorrerlas.