Brayan Pinto es originario de Venezuela y es parte de los cientos de migrantes que partieron de aquel país rumbo a Estados Unidos. La historia de Brayan y Brandy es parte de las experiencias duras que muchos de los viajeros sufren durante el trayecto.
El joven de 18 años viajó durante semanas enteras hasta que por fin pudo llegar la frontera con los Estados Unidos, pero el venezolano no iba solo, llevaba con él una pequeña acompañante de cuatro patas.
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La historia de Brayan y Brandy
Junto a él iba su inseparable perrita Brandy, una lomito blanca de suave pelaje, que se ganaba la amistad y confianza de los migrantes que fueron sus compañeros ocasionales de viaje, que siempre tenía para ellos una mirada amable y un movimiento de cola.
Brandy es una pequeña french poodle de dos años de edad. La poderosa razón de estar junto a su amo es que ella fue un regalo que la madre de Brayan le hizo antes de morir, por lo que el aprecio del muchacho por la mascota es infinito.
La perrita tiene un enorme significado sentimental para Pinto, por lo que se negó a dejarla en su natal Venezuela y decidió emprender la aventura juntos.
Los dos pasaron experiencias duras de viaje, como hambre y cansancio, peligros en la selva o dormir en las calles de ciudades y pueblos por donde les caía la noche. Los miles de kilómetros de su trayecto a la frontera de México con Estados Unidos los unió aún más.
Largo camino juntos
Juntos atravesaron varios países, incluso, corrieron gran peligro cuando tuvieron que pasar por lo que denomina el "tapón de Darién", entre Panamá y Colombia, conocido también como "el infierno verde" un tramo de selva espeso donde mucha gente muere por los ríos caudalosos o el contagio de enfermedades tropicales.
Después, el hombre y su lomito atravesaron los extensos tramos de desiertos de México, donde además de soportar las altas temperaturas, sortearon las bandas de narcos y 'polleros' que a menudo asaltan o secuestran a migrantes.
A pesar de las dificultades y los peligros del camino, nunca tuvieron un momento de soledad, ya que se tenían el uno para el otro.
Pinto y Brandy por fin llegaron a Ciudad Juárez, en la frontera de México, lugar donde logró llegar a El Paso, Texas, para pedir asilo.
Quería llegar a EU con Brandy
La idea original del venezolano cuando se decidió emprender el viaje a Estados Unidos era cruzar juntos la frontera una vez que fuera aprobada su solicitud de ingreso a la Unión Americana.
Brayan y ‘Brandy’ lograron llegar a la frontera de México con Texas, pero en el punto de entrada fronterizo le dieron una cruel noticia: le dijeron que la mascota no iba a poder pasar, así que tuvo que regresar a Ciudad Juárez a dejarla.
Ahora que llegamos a Estados Unidos, me dicen que la tengo que dejar porque no puede cruzar para el otro lado.
El joven tuvo que tomar una de las más decisiones más dolorosas de su vida: tener que despedirse de su compañera canina.
Antes de partir, con lágrimas en los ojos se fundió con Brandy en un tierno abrazo y la dejó con un fotoperiodista que conoció en Ciudad Juárez. El periodista le prometió que se haría responsable de ella.
Fue el momento en que amo y mascota se dijeron adiós.
La idea de Brayan es regresar por su pequeña compañera cuando su situación migratoria en Estados Unidos sea legalizada.
Mientras, el Río Bravo los mantendrá separados, como le sucede a muchos migrantes con los seres que aman.