En la cotidianidad de los neolaredenses, el río Bravo es el cuerpo de agua que marca que nutre nuestra tierra y marca la división de la frontera entre México y Estados Unidos, pero ¿sabes cómo luce desde otros puntos fronterizos?
El afluente es un símbolo por excelencia de Nuevo Laredo, pues bien dicen, que quien bebe agua de este río, nunca más abandona la ciudad.
Te podría interesar
Éste nace al suroeste del estado de Colorado, Estados Unidos, en las montañas de San Juan, fluyendo hacia el valle de San Luis y siguiendo su camino por Nuevo México.
Con 3 mil 034 kilómetros de longitud, El llamado río Grande, en Estados Unidos, es el cuarto río más largo de América del Norte, recorriendo los estados de Colorado, nuevo México y Texas en Estados Unidos, así como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, hasta desembocar en el Golfo de México en la ciudad de Matamoros.
Pese a que en Nuevo Laredo, las actividades recreativas en el río Bravo son limitadas, pues no contamos con un parque o programa que las ofrezca, en otros lados, como en Texas, existen parques que ofrecen paseos en canoas por las aguas del afluente, con paisajes que distan mucho de los que se pueden disfrutar en la localidad.
Los cañones en el río
El Parque Nacional Big Bend, abarca una gran región del desierto de Chihuahua, es una extensión de 800 mil acres que limita al sur con el Bravo, donde se pueden disfrutar paseos en el río con una vista majestuosa.
Cuando el río Grande cruza la frontera entre Nuevo México y Colorado, entra en un profundo valle llamado el Cañón del Río Grande.
Esa sección de cañones y aguas precipitosas fueron declarada el primer río salvaje y escénico de Estados Unidos en 1968, de acuerdo con el portal visitbigbend.com.
En este parque, las principales atracciones para los visitantes son 5 cañones principales en las más de 400 kilómetros de río protegido.
Estos magníficos cañones, de hasta 1500 de profundidad, ofrecen algunos de los paisajes naturales más impresionantes del mundo del río Bravo.