Aunque algunos estudios sugieren que la avena no contiene gluten, otros advierten sobre el riesgo de contaminación cruzada con granos que sí lo contienen, como el trigo, el centeno y la cebada.
La avena, un cereal comúnmente incluido en la dieta de muchas personas, puede representar un riesgo para aquellos que padecen enfermedad celíaca.
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Según el estudio 'Oat, is it safe for patients with celiac disease?' del Dr. Knut E. A. Lundin, la enfermedad celíaca es una condición autoinmune provocada por la ingestión de gluten.
Aunque la avena en su estado puro puede ser tolerada por algunos pacientes celíacos sin efectos negativos, otros pueden experimentar intolerancia, lo que indica que la reacción varía entre los individuos.
La principal preocupación radica en la posible contaminación de la avena durante su procesamiento. Por ello, es fundamental que las personas con enfermedad celíaca consuman avena certificada. Además, ciertos epítopos tóxicos de la avena pueden interactuar con el gluten presente en otros granos, provocando respuestas inmunitarias en algunos pacientes celíacos.
Las diferencias genéticas entre los afectados también pueden influir en su capacidad para tolerar la avena.
La enfermedad celíaca es una afección autoinmune crónica que se activa por el consumo de gluten, dañando el revestimiento del intestino delgado y dificultando la absorción de nutrientes, lo que puede resultar en múltiples complicaciones de salud.
Sus síntomas son variados e incluyen:
- Diarrea crónica
- Dolor abdominal
- Distensión abdominal
- Fatiga
- Pérdida de peso
- Anemia
La única forma eficaz de controlar la celiaquía es seguir una dieta estricta sin gluten de por vida, evitando todos los alimentos que puedan ser perjudiciales.