¿Se va a hacer o no se va a hacer? La carne asada es algo emblemático del norte del país, es intrínseco a la cultura. Pero, ¿de dónde surge y cómo se hizo tan importante en estas regiones del país? También te puede interesar: Los mejores ‘restaurantes mexicanos’ en Texas, según Taste Atlas.
El origen de la carne asada es poco claro, pero data de siglos pasados. Según historiadores, fueron los españoles y la población judía sefardita la que introdujo el gusto por asar la carne; aunque en estos entonces no se hacía en asadores, sino directamente al fuego con herramientas como el trinchador.
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La carnita asada principalmente se compone de partes del res, la cual en la historia era calificada como de ‘bajo precio’. Conforme la globalización empezó a avanzar, el alimento de origen animal se hizo más accesible, y también más especial.
A día de hoy, para conseguir un buen corte hay un sinfín de alternativas, pero también experiencias culinarias. Por ejemplo, en países como Argentina, de gran tradición en asados, los ganados son alimentados con pasto, lo cual hace que la carne tenga otra consistencia; en otras franjas se alimentan con granos.
Entre los cortes más comunes en la carnita asada en México están el Rib Eye, T-Bone, picaña, New York, costilla, aguja norteña y un largo etcétera. De igual manera, se complementa con verduras como cabello y papas.
¿Por qué es tan importante en el norte de México?
Hacer una carne asada está lejos de limitarse a simplemente comer. Este tipo de preparaciones suelen estar asociadas a momentos importantes de las personas: fiestas, cumpleaños, aniversarios, eventos deportivos, etcétera. Más allá del asador está la convivencia, pues la carne asada no ‘termina’ en el último bocado, pues estos días suelen alargarse e incluso transmutar en fiestas pues la cerveza también se hace presente en el día.