A través de sus obispos, el Papa Francisco había recibido numerosas cartas de laicos que señalaban que en algunas iglesias se les prohibía a las madres solteras comulgar.
El argumento en que basaban su denuncia era que haber tenido un hijo fuera del matrimonio era motivo suficiente para excluirlas de este sacramento.
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Las madres solteras y su deseo de comulgar
En un comunicado emitido por el Vaticano el pasado 14 de diciembre, se confirmó que las madres solteras católicas tienen pleno derecho a recibir la comunión, despejando así las dudas que existían anteriormente en torno a este tema.
Antes de esta aclaración, la creencia predominante era que la falta del sacramento del matrimonio impedía a las madres solteras participar en la Eucaristía.
La noticia fue anunciada por el Obispo de San Francisco de Macorís, Ramón Alfredo de la Cruz, quien expresó su preocupación por la posibilidad de que las madres solteras se abstuvieran de recibir este sacramento debido a temores infundados.
Esta aclaración contó con la previa autorización del Papa Francisco, quien ha abogado por brindar acceso a la Eucaristía a todas las mujeres que deseen participar, independientemente de su estado civil.
Pronunciamientos similares
Este pronunciamiento del Papa no es el primero relacionado con las madres solteras. Previamente, también abordó el tema del bautizo de los hijos de estas mujeres, criticando a algunos sacerdotes que se negaban a llevar a cabo este sacramento, argumentando que los niños no fueron concebidos en la "santidad del matrimonio". El Papa calificó a aquellos sacerdotes que adoptan esta posición como "los hipócritas de hoy".
En su comunicado, el Obispo De la Cruz llamó a reconocer y valorar a las madres solteras, destacando su valentía al defender el don de la vida y luchar por criar a sus hijos.
Asimismo, instó a los sacerdotes a seguir la petición explícita del Papa Francisco, quien ha dejado claro que las madres solteras son bienvenidas a comulgar y participar plenamente en la vida sacramental de la Iglesia.
Esta aclaración representa un paso significativo hacia la inclusión y el reconocimiento de la diversidad de situaciones que enfrentan las mujeres católicas en la sociedad actual.
La Iglesia Católica, bajo la dirección del Papa Francisco, busca reflejar un mensaje de compasión y acogida a todas las personas, independientemente de su estado civil.