En Pomuch, Campeche, se lleva a cabo cada año la “Limpieza de los Santos Restos”, una tradición prehispánica que consiste en exhumar y limpiar los huesos de los seres queridos de los pobladores y, aunque suene macabro, es considerado un acto de amor e identidad cultural.
La milenaria tradición se efectúa año con año del 26 de octubre al 2 de noviembre. La ceremonia para los mayas de esa región es de gran importancia, ya que según sus tradiciones, los muertos viven a través del recuerdo y limpiando sus restos se les rinde un tributo a su memoria para no olvidarlos.
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"La limpieza de los santos restos"
El sepulturero del pueblo platica que después de tres años del fallecimiento de la persona, se puede sacar el cuerpo, fraccionarlo y después transportarlo al osario, que son unas pequeñas urnas donde guardan los restos.
Posteriormente, el esqueleto se podrá “lavar”. No es recomendable hacerlo antes porque se corre el riesgo de que haya pedazos de la piel aún adherida a los huesos.
Cada hueso es desempolvado y acomodado en una tela blanca con bordados. Por lo regular, las imágenes de impresas en la tela son de flores y ángeles y también se borda el nombre del cadáver.
Después de la ceremonia de limpieza, los restos son acomodados en una pequeña caja de madera de 30 x 60 cms. y terminan adornándola con flores naturales o artificiales.
Alrededor del osario los visitantes prenden veladoras que, de acuerdo con la creencia maya, iluminarán el camino de la persona fallecida.
Alrededor de la caja, las familias se juntan para velarlo y la noche transcurre entre oraciones y anécdotas familiares hasta que poco a poco los visitantes se empiezan retirar con la promesa de regresar al lugar el próximo año.
La iglesia católica no aprueba este tipo de ritos ancestrales provenientes de la antigua cultura maya, pero esto no ha impedido que el festejo pierda vigencia y se siga practicando generación tras generación.
Cada año sacerdotes de la Iglesia Campechana llaman a no celebrar ninguna práctica relacionada a los días de muertos, sin embargo, la tradición de cientos de años en Pomuch impone condiciones y anualmente se repite la sagrada limpieza de huesos, la cual nunca ha sido prohibida.
El amor a sus parientes que va más allá de la muerte han hecho que la ceremonia de la "La limpieza de los santos restos" se prolongue a través de generaciones de descendientes mayas.