La impunidad en la violencia doméstica a nivel local, va ligada a la condición de indocumentadas de las víctimas, 5 de cada 10 mujeres abusadas, violentadas física o sexualmente son extranjeras sin documentos migratorios, mientras que sus agresores son estadounidenses.
“Y por eso, si acaso 1 de cada 10, máximo 2, son arrestados, pero solo de momento, de cuando la denuncia, porque ya para sentencia se reduce mucho las cifras”, aseguró Cecilia Beltrán, Fundadora y Directora del Grupo Amor, agrupación civil que desde hace 10 años, ayuda a víctimas de violencia doméstica.
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La propia Cecilia es una víctima más de este flagelo social, quien después de como ella lo llama “romper el silencio” y denunciar a su agresor, se decidió a fundar este grupo, que si bien es de corte religioso (cristiano), hace a un lado la fe que profesan los agredidos, para ayudarles mejor.
“Tratamos de educar, de enseñarles que aunque tú te quedes sola, puedes salir adelante, les enseñamos oficios, incluso ayudamos a poner su propio negocio, para que salgan adelante, somos un ministerio, personas que nos unimos para ayudar, no importa tu religión o tus creencias, aquí se se atiende lo del caso de violencia doméstica”, dijo Beltrán cuya agrupación despacha en la Iglesia Río Jordán, localizado en el número 2301 de avenida Sanders.
Las encaminan con las agencias de la ley, las policías, los grupos civiles de ayuda, sea esta legal o de albergue, como Casa Misericordia de las hermanas mercedarias, único albergue en Laredo para las víctimas, sean estadounidenses o víctimas indocumentadas.
“Y Laredo si tiene mucha más violencia doméstica que otras ciudades del mismo tamaño (Corpus Christi o Mc Allen) porque acá vemos casos de gente de lado mexicano, ahorita estamos auxiliando a una mujer de Aguascalientes y a otra de Torreón, las conectamos con todos los departamentos de gobierno, de asociaciones civiles especializadas en cada situación o condición, según sea el caso”, dijo la dama, miembro de la Coalición Contra la Violencia Doméstica del Condado de Webb.
Siempre se ha dicho que en el hecho de que no se haga nada a los agresores, interviene la política, muchos cargos son de elección popular, los norteamericanos agresores de las indocumentadas, reclaman ser votantes y haber sufragado por el juez de la causa, por el fiscal persecutor, por el policía aprehensor (sheriff, condestable), de cuando estos eran candidatos, o ser colocados como jefes policiacos por aquellos alcaldes, regidores o comisionados que llegaron a la posición, por el voto del ahora acusado y de las familias y grupos sociales a los que pertenece el agresor.
Un tímido asentimiento de cabeza o encogimiento de hombros, por parte de Cecilia Beltrán, conocedora del tema, lo dice todo y termina la entrevista, para no tener que hablar sobre eso.