Ni alucinado, ni demente, ni sicótico, ni arrepentido, más bien violento, manipulador y calculador, los especialistas declararon el comportamiento conductual de Ronald Anthony Burgos Avilés, Supervisor de la Patrulla Fronteriza Sector Laredo, desde su arresto hasta el inicio de su juicio por doble homicidio capital de su hijo y de su novia.
Isidro Alanís, Fiscal de Distrito del Condado de Webb, dijo que la cárcel de por vida sin ningún tipo de beneficio preliberacional para el puertorriqueño, sí que será difícil, como lo es para todo reo de su naturaleza y que recibió tal castigo.
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En comparación de alguien que es sentenciado a pena de muerte mediante inyección letal, interno que recibe una serie de beneficios durante año (la pena de muerte demora lustros o décadas, en ejecutarse) que en nada se compara a la vida diaria en prisión para alguien que jamás saldrá del encierro.
Burgos Avilés fue sentenciado en los primeros minutos de este martes 18 de julio, por un jurado popular, 12 ciudadanos de Laredo, quienes deliberaron todo el día lunes 17, desde la mañana hasta entrados -como ya se dijo- los primeros 15 minutos del día martes, para emitir sus veredictos.
La sentencia fue de dos cadenas perpetuas, por los asesinatos de Grizelda Hernández de 27 años a quien mató de 27 puñaladas y de Dominic Alexander Hernández, hijo de ambos (comprobado en prueba de ADN), nenito de 20 meses de nacido, a quien le infirió dos navajazos en esternón y yugular.
El doble crimen ocurrió el 8 de abril del año 2018, en la orilla del Río Grande, donde el patrullero fronterizo le tocaba recorrer y supervisar a diario la ribereña, cerca de la casa de la mujer, en la colonia Dellwood Park.
El agente federal boricua mató a la chica con quien sostuvo una relación extramarital, estando él casado y viviendo en Laredo con su mujer.
Ronald y Grizelda procrearon a Dominic, ella le pedía reconocer al niño y darle apoyo económico para su manutención, eso fue probado en los textos en los teléfonos celulares de Grizleda y de Ronald, ahora se deduce que él planeó matarlos, tal vez para borrar todo vestigio de esta relación.
El tipo fue enjuiciado en la Corte de Distrito Número 49, por dos cargos de pena capital; una de ellas por haber asesinado a un menor de no más de 19 años de edad; y la segunda por múltiple homicidio o más de un asesinato a la vez.
En la fase de sentencia, el jurado respondió dos veces “Sí” a las preguntas de “peligro a futuro” y “atenuación especial”, es decir, mantenerlo siempre en cárcel, nunca salir de prisión, así como a lo de reducir lo de la pena de muerte mediante inyección como se estila en Texas a solamente encierro hasta la muerte.
Isidro Alanís, con su Asistente en Jefe Marisela Jacaman y sus colaboradores Daniel Elizondo, Jesús Vigil, Kassandra De Hoyos y Carlos Garza presentaron este caso acusatorio ante el juez Joe López y al jurado popular.