Pruebas de ADN afirmaron que Ronald Anthony Burgos Avilés, supervisor de la Patrulla Fronteriza, sí era el padre del pequeño Dominic Alexander Hernández, además la investigación de CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) arrojó que Grizelda Hernández, mamá del nenito, interpuso demanda ante el estado de Texas para que el agente federal le diera apoyo de manutención económica.
El juicio contra Burgos, acusado de acuchillar fatalmente al bebé y a la mamá del mismo, se reanudará hasta el miércoles 5 de julio por atravesarse la fecha festiva de la independencia de Estados Unidos.
Este viernes, entre otros testigos, comparecieron en la corte de distrito número 49, ante el juez Joe López y el jurado popular, Nicole Morales, científica forense del Condado de Bexar (San Antonio, Texas) y especialista en ADN, la cual dijo que el 99.99 por ciento de los marcadores genéticos empatan entre uno y otro, pruebas que indicaban la concordancia de la relación sanguínea del niño y el hombre.
Por su parte Adriana Escamilla, investigadora criminal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), dijo que en el escritorio de Burgos Avilés, se encontraron documentos donde ante el abogado general de Texas, la hoy occisa Grizelda Hernández reclamaba pensión alimenticia para su hijo de parte de Ronald Anthony Burgos.
También atestiguó Richard Reyes, detective de la Policía de Laredo quien ordenó detener a Burgos en la misma escena del doble asesinato de mujer y bebé a la orilla del río Grande, cerca del cruce de Bristol y Allen, pues el nombre del agente federal salió a relucir como el principal sospechoso.
Y el doctor Ray Fernández, médico forense del Condado de Nueces (Corpus Christi, Texas) quien realizó la autopsia a Grizelda y al pequeño Dominic Alexander Hernández.