Madison Goodwin, de Essex, Inglaterra, tuvo un embarazo lleno de ilusiones y planes a futuro, pero el descuido por parte del personal médico de un hospital le costó la vida al bebé de la joven, pues al nacer este no presentaría signos de vida.
El embarazo de Madison, aunque esperado, lleno de amor y de ilusión, no fue sencillo, pues en sus primeros meses tuvo que ser hospitalizada por deshidratación y dolores severos en la espalda de tal intensidad, impidiéndole moverse.
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“Primero pensaron que podrían ser cálculos renales, luego que era una infección por agua. Ella no estaba bien y nadie parecía tener una respuesta”, expreso la madre de Madison.
El pasado 11 de enero, Madison Goodwin, tuvo que haberse practicado una cesárea de emergencia a sus 36 semanas de embarazo, pero lamentablemente el personal médico confundió el nombre ella, con el de otra misma paciente que también habría acudido a la instalación médica a ser atendida.
Tras esto a Goodwin, se le indicó que volviera en días posteriores para ser evaluada; ella ya había pensado en el nombre de su futura hija, Valentina.
Al regresar al hospital, en días posteriores al notar que su bebé no se movía, se enfrentó a la peor de las noticias que una madre puede escuchar, Valentina no presentaba signos vitales.
“La idea de que otras personas pasen por algo tan horrible es igual de espantosa: sucede muy a menudo y simplemente se pasa por alto. Esto causó mucho dolor y un trauma de por vida. Quiero que la gente lo sepa si eso evita que vuelva a suceder”, dijo Madison.
Ahora Madison alza la voz para evitar este tipo de tratos negligentes y busca hacer justicia por Valentina.