La historia de un ingeniero en sistemas de 38 años, es insólita, por decir lo menos, y en las últimas horas le ha dado la vuelta al mundo pues, aunque es virgen, tiene 25 hijos.
El hombre afirma que siente muy poca o nula atracción romántica hacia otras personas, sin embargo, le agradan mucho los niños, por lo que buscó ser padre sin necesidad de tener relaciones sexuales.
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Su “vocación” paternal surgió desde que una hermana le encargó que cuidara al hijo de ella, lo que le despertó un amor hacia los infantes y empezó a participar en actividades para niños.
A pesar de que el hombre pensó en la posibilidad de adoptar o recurrir a la renta de un vientre (gestación subrogada), Sollenberger prefirió donar esperma por su compromiso con obras benéficas.
Por lo mismo, acudió al Registro de Donantes Conocidos, una página web que conecta familias alternativas y parejas estériles con donantes de esperma, pues estaba dispuesto a viajar horas y horas para hacer su donación a parejas del mismo sexo y parejas heterosexuales con problemas para tener hijos.
Sollenberger tiene una relación estrecha con ocho de los niños, que le dicen padrino y se ha vuelto una especie de pariente incondicional en la crianza incondicional de los infantes; si los padres mueren, Sollenberger se convertiría en tutor, de acuerdo a la ley.