Fue el 7 enero en Memphis, Tennessee cuando se produjo el arresto y la golpiza a Tyre Nichols. Los sentimientos que quedan al observar el video son impotencia y melancolía; uno sufre empáticamente viendo cómo se desarrollan los eventos.
Su crimen no fue ser asesino o golpeador, haber cometido un robo o una agresión sexual, al parecer no chocó ni movió grandes cargamentos de droga; su único crimen fue conducir temerariamente y; tal vez, también su genética.
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Aquella noche, Tyre Nichols trataba de llegar a su casa. Era padre de un pequeño de cuatro años de edad. Su familia ha liberado un video del hoy occiso en el que se aprecia su gusto por la patineta; entre otras actividades.
El contexto es lo que más preocupa, ya que los cinco oficiales que arrestaron y golpearon sistemáticamente a Tyre son afroamericanos. Esto nuevamente ha abierto decididamente el gran debate estadounidense sobre estas cuestiones.
Los policías ya han sido suspendidos y a causa del juicio los videos del arresto y los pormenores han sido liberados ayer, viernes 27 de enero, por la noche; ésta es la razón de que hasta ahora se hayan viralizado en redes sociales.
¡Sólo quiero llegar a casa!
Todo el proceso dura desde las 8:24 hasta las 9:02 de la noche. Llama poderosamente la atención la súplica de Tyre durante los primeros minutos: "sólo quiero llegar a casa".
Pareciera que ya temía algo y por eso a la primera oportunidad trató de escapar; seguramente, esto terminó por causar los enojos de la policía. La tranquilidad de Tyre contrasta con los arrebatos de los oficiales.
Ya estoy en el suelo
Nuevamente insiste Tyre, con su tranquilidad, "ya estoy en el suelo"; los policías insisten que si sigue con esa actitud le lanzarán el teaser, que es una pistola que envía descargas eléctricas para inmovilizar a la persona; Tyre insiste "no estoy haciendo nada" y otra vez, "ya estoy en el suelo".
Ya en este momento el espectador se encuentra nauseabundo por la actitud de los policías; pero, simple y sencillamente lo que sigue a continuación es fulminante de ver para una persona común.
Comienzan las agresiones
Estando en el suelo, un agente policiaco dispara a Nichols con gas pimienta. Él presunto sospechoso, se libera y huye; para este entonces ya debe temer algo más y no piensa correctamente.
¡Mamá!
Los policías lo recuperan. Lo someten y arrojan al suelo. Le piden que cierre la boca mientras lo rocían en gas pimienta y golpean un poco. Se escucha en el video que Nichols grita: "¡Mamá!", y otra vez, "¡mamá!"
Ahora, los policías dominan la situación. Ya casi no hay gritos; aunque uno sentencia a Tyre Nichols, "te coy a dar una golpiza"; y lo sentencia sin jurado y sin juicio de por medio. A veces los narcotraficantes obtienen mejor trato que sólo un chico afroamericano en suelo estadounidense.
Lo qué sigue es lamentable y solamente los estómagos recios lo soportarán; Tyre a pie pero obviamente "perdido" en sus sentidos, los policías lo golpean como "costal de boxeo"; algunos toman impulso para que el puñetazo tenga mejor técnica y logre un mejor impacto. Él va de un lado a otro, sólo para recibir otro nuevo golpe.
Los paramédicos llegaron a las 8:41 p.m., una ambulancia aparece para trasladarlo a las 9:02 p.m. Tres días después murió. Las protestas no se han hecho esperar desde la viralización de los videos. Ahora parece que una nueva temporada de reflexión sobre el racismo estadounidense se avecina.