Después de casi dos semanas de luto, Reino Unido retoma actividades normales tras funeral de Isabel II, en un ambiente de crisis económica e incertidumbre ante la nueva monarquía.
A partir de hoy las banderas de los edificios, los cuales estaban a media asta por el respeto a la fallecida regente, volvieron a ondear en alto. Londres y Edimburgo, protagonistas de una basta movilización por parte de las autoridades para dar paso al cruce fúnebre de la monarca con destino Windsor, donde fue enterrada junto a sus padres y su esposo.
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El evento, de una cobertura mundial, juntó a propios y a extraños en una ceremonia como pocas veces vista para todos, o al menos desde la muerte del Rey Jorge VI. Considerada ya por muchos como el "funeral del siglo" reunió cerca de un millón de personas en las calles, según estimaciones de la policía.
A pesar de que la familia real mantendrá luto por siete días más, el gobierno inglés decretó terminado oficialmente el duelo nacional por la caída de su reina este martes.
Tras este inesperado evento, la primera ministra Liz Truss, nombrada por Isabel II a pocos días de su fallecimiento, se reunió este lunes en la Asamblea General de la ONU para reafirmar el apoyo de su país con Ucrania ante los eventos militares protagonizados por este y Rusia.
A su vez, una huelga de conductores de tren, aplazada por la muerte de la monarca, se reanudará la próxima semana para exigir mayores derechos y beneficios, amenazando con sumir al país en el caos del 1 al 5 de octubre.
El fastuoso evento no solo trajo pesar en los ciudadanos británicos, sino también una alta preocupación por los costos desembolsados ante la logística y la llegada de poderosos invitados como el presidente estadunidense Joe Biden al emperador Naruhito de Japón, y otros homenajes cuantiosos.
Lo cierto es que, a pesar de la baja popularidad del nuevo Rey Carlos III, él determinó futuros cambios en la monarquía, modernizándose a la par del mundo para evitar estos innecesarios lujos.
Reino Unido retoma actividades normales tras funeral de Isabel II, esperanzados por un esperado cambio en la familia real.