Ayer se reportó un bombardeo contra un convoy civil, el cual dejó al menos 25 muertes de quienes intentaba huir de Ucrania horas antes de que Rusia formalizara la anexión de cuatro regiones ucranianas.
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El ataque se llevó a cabo cerca del límite entre la zona ucraniana y la ocupada por las fuerzas rusas en la región de Zaporiyia, uno de los territorios anexionados por Rusia. Según la Fiscalía Ucraniana 25 civiles perdieron la vida y 52 resultaron heridas en el ataque armado.
Por lo anterior el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó a Rusia de “terrorista” y de “escoria sanguinaria”. De acuerdo con la información proporcionada por el gobierno ucraniano, 16 misiles S-300 rusos cayeron en la zona por donde pasaban los civiles.
En el lugar, se vieron dos hileras de coches con los cristales rotos y las carrocerías acribilladas. Entre ellos, yacían cuerpos sin vida, los cuales posteriormente fueron metidos en bolsas negras para su recolección.
Europa ha catalogado este hecho como un “atroz ataque de Rusia” contra un convoy civil, condenando la situación enérgicamente. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, aseguró que “los responsables rendirán cuentas” y apuntó que la UE condenaba lo ocurrido “en los términos más enérgicos posibles”.
A su vez, el presidente Vladimir Putin celebró la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, afirmando cómo pronto Rusia conseguirá la “victoria” en su guerra con Ucrania.
¡La victoria será nuestra!”, lanzó el presidente ruso entre los aplausos de miles de simpatizantes, algunos ondeando banderas rusas.