La franquicia fronteriza se ha convertido este invierno en un punto de tensión para miles de personas que acostumbran cruzar a Estados Unidos para adquirir bienes esenciales a mejores precios.
Aunque las disposiciones federales ampliaron la exención aduanera para turistas provenientes del extranjero, el trato hacia quienes viven en ciudades fronterizas quedó marcado por un límite considerablemente menor, generando preocupación ante la intensificación de revisiones y gravámenes.
Franquicia fronteriza
Los lineamientos actualizados permiten a los viajeros internacionales ingresar hasta 500 dólares en mercancía libre de contribuciones; sin embargo, para residentes de la franja norte el tope quedó fijado en 150 dólares por persona, con la posibilidad de reunir solo 300 dólares por familia.
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Esta diferencia ha sido catalogada por especialistas como un factor que incrementa la presión económica justo cuando aumenta el flujo comercial propio de las fiestas decembrinas.
Analistas advierten que estas restricciones se traducen en un escenario de mayor revisión por parte de la autoridad aduanera. Cualquier monto que exceda el límite permitido queda sujeto al cobro del 19% sobre el valor adicional.
De igual forma, ciertos bienes como equipos de cómputo implican un pago fijo de 4 mil pesos, elevando el costo para quienes dependen de estas compras para actividades escolares o laborales.
Más reformas en el 2026
El contexto regulatorio se enmarca, además, en la próxima implementación de la reforma a la Ley Aduanera programada para 2026, que incrementará la vigilancia sobre el movimiento de mercancías en puertos y cruces fronterizos.
Especialistas consideran que estas medidas añaden complejidad a un entorno donde familias y pequeños contribuyentes intentan equilibrar su economía ante la inflación y las necesidades propias de la temporada.
Con estas disposiciones, hogares que tradicionalmente realizan compras en Estados Unidos deberán ajustar presupuestos y planear con mayor detalle sus cruces durante diciembre.
