La unión de parejas en los puentes internacionales que enlazan México y Estados Unidos ha ido ganando popularidad como una alternativa práctica y simbólica.
Esta ceremonia permite a quienes no poseen documentos necesarios para ingresar al territorio estadounidense formalizar su relación a mitad del Puente Internacional, bajo la supervisión de un juez estadounidense autorizado, y es un escenario que atrae la atención de los transeúntes.
Bodas a mitad de los puentes internacionales
Este tipo de matrimonios transfronterizos resulta beneficioso, especialmente para parejas binacionales que buscan acelerar el proceso de residencia.
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Al casarse en la frontera, las parejas no solo ahorran tiempo sino también costos, ya que el matrimonio en suelo estadounidense suele requerir más trámites y esperas de varios meses.
Para muchos, contraer matrimonio sobre la línea divisoria es una vía accesible para quienes desean aplicar para la residencia permanente en los Estados Unidos.
No solo mexicanos pueden casarse en el puente, sino cualquier extranjero que desee casarse con un ciudadano estadounidense. La legalidad de estos matrimonios está garantizada, aunque las reglas son estrictas: quienes no posean visa aún no pueden cruzar a los Estados Unidos, incluso después de casarse.
Deben esperar la aprobación de su solicitud en las oficinas migratorias correspondientes.
Pandemia aumentó matrimonios binacionales
Este servicio cobró aún más relevancia tras las restricciones migratorias de la pandemia. Durante los primeros meses del gobierno de Joe Biden, la demanda de estas bodas en la frontera aumentó en un 200%, debido a las dificultades migratorias que aún enfrentan los migrantes.
En los últimos tiempos, estas ceremonias han registrado un aumento histórico, con hasta 18 bodas en días entre semana. Los matrimonios en el puente, lejos de ser una solución temporal, permiten a las parejas binacionales avanzar en sus trámites migratorios y construir una vida juntos.