Día de Muertos, de recordar anécdotas, de sonreír por aquellas ocurrencias y de llorar por sus ausencias. El viernes fue día de pláticas entre mundos, de relatos humedecidos por lágrimas, de hablar con quienes hoy están ausentes, pero que no están lejos, por el contrario, viven en nuestros corazones.
Día de Muertos, de caminos anaranjados, de blanco y negro, de oscuridad y luz que señala el camino de regreso al mundo de los vivos, al menos por este día, en que se permite a los difuntos hacer el viaje de cada año y pasar unos momentos con aquellos que los amarán por siempre
Brindan consuelo en panteones
Un grupo de jóvenes de la Iglesia Adventista acudieron a los distintos panteones de la ciudad con el objetivo de brindar apoyo emocional y físico a las familias que asistieron a visitar sus muertos, el fin de semana.
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“Hoy venimos a ayudar a la comunidad, en lo que podemos, a barrer un rato y entregarles un folleto. Para nosotros lo que la Biblia nos dice es que está en un estado de descanso, que están durmiendo, para nosotros la muerte es descansar y lo que venimos a hacer con las familias es recordar un momento, de cómo era la persona con ellos; los folletos son espirituales, de psicología.
Esa es nuestra labor como iglesia y como club”, expresó Carlos Pérez, coordinador del grupo de jóvenes. La Iglesia tiene diversos clubes, como el de Aventureros que corresponde a niños de 6 a 9 años; los Conquistadores, de 10 a 15 años y los Guías Mayores, de 16 años en adelante.
Los grupos se dividieron y compartieron con las familias la Palabra bíblica para dar consuelo en un momento de tristeza, pues aun cuando la tradición remarca en una fiesta a la muerte, ésta no deja de provocar sentimientos de soledad y tristeza.
Viste de Catrina y va con sus abuelas
Alexa Coto, una joven neolaredense, revive la tradición del Día de Muertos. Desde hace 10 años su caracterización de la Catrina, para ofrendar a sus muertos, se ha convertido en un espectáculo cultural para los miles de visitantes al Panteón Municipal Antiguo.
Junto a su madre, cada año acuden al panteón para visitar a su abuela, bisabuela y demás familiares que se han adelantado en el camino de la vida. “Vengo desde que tenía 2 años, mi mamá y mi abuela también se caracterizaban, pero ahora yo sigo con la tradición. Venimos a ofrendar a mis ancestros y a todos los muertos en este panteón. Queremos que la tradición siga viva entre nosotros”, expresó Alexa.
Desde las 9:00 de la mañana, después de permanecer un rato sobre la tumba de sus familiares, Alexa, acompañada de su madre, recorren el panteón y a su paso, los visitantes le piden posar para las fotografías, hay quienes le han ofrecido un pago por ello; sin embargo, Alexa no lo acepta, ya que ella acude así por amor y rescate de una de las tradiciones más populares de México.
La figura de la Catrina tiene más de 100 años de historia y está relacionada con la festividad del Día de Muertos; surgió en 1912 de las manos de José Guadalupe Posada.
Dejan su Legado con su música
Adrián, Emiliano, Uriel y Javier, son un grupo de jóvenes que rondan entre los 17 y 18 años y juntos forman el Grupo Cuarto Legado, y ayer recorrieron el Panteón Municipal Antiguo para deleitar a los visitantes que así lo pedían con su música. “Amor eterno”, “Cruz de madera”, “Puño de tierra”, “Hermoso cariño”, son las canciones que más piden los deudos para recordar a sus difuntos, pero solicitan temas que gustaban a sus seres queridos como “Laurita Garza” y “Juan Ramos”.
“Es la primera vez que venimos al panteón y la verdad que estamos teniendo una experiencia muy bonita que nunca habíamos tenido, y estar aquí presentes para nosotros es un honor”, comentó Javier.
Ellos cobran por tanda, son cinco canciones por 500 pesos, los clientes eligen las melodías que desean escuchar, mientras colocan sus flores, limpian su tumba y hasta comparten un platillo de comida.
Viajan 700 kilómetros por la tradición
Adela Rivera, una mujer de 89 años, viaja 700 kilómetros cada año para reencontrarse con sus dos hijas, que ya descansan en el Panteón Municipal Antiguo.
Ella nació en Nuevo Laredo, pero ahora reside en Dallas, Texas y cada Día de Muertos viaja para colocar flores en sus tumbas. El recuerdo de sus hijas permanece vivo en su corazón a pesar de que hace décadas fallecieron. “Una de ellas es del 1955 y otra es de 1962 y las recuerdo con mucho cariño”, expresó Adela.
Aunque su costumbre es visitar a sus difuntos el Día de Muertos, cada que puede acude a “darles un beso” y colocarles su arreglito floral. Ella dijo que se ven más personas que antes, pero consideró que el panteón sigue estando muy bonito. La señora Rivera aseguró que seguirá visitando el cementerio mientras Dios le preste vida.
Rinden homenaje con misa especiala
Con una misa que se ofició en el Panteón Municipal Antiguo, la mañana del sábado, se celebró a los Fieles Difuntos, en donde decenas de feligreses que visitaron a sus deudos, se quedaron a escuchar la Eucaristía, algunos bajo la sombra de los árboles y otros refugiados en sus sombrillas.
Encabezada por el sacerdote José Salvador Rojas Sáenz, quien en su mensaje pidió por el eterno descanso para todos aquellos hermanos que se adelantaron en el camino, elevando una oración para cada uno de ellos.
La celebración religiosa se oficia cada 2 noviembre en este camposanto en el que descansan los restos de más de mil difuntos, y que en estas fechas es cuando mayores visitas recibe.
Mantienen tradiciones toda la familia
Hasta uniformados con camisetas del mismo color, la familia Medina, acude al cementerio a celebrar a sus difuntos, colocando las flores y realizando la limpieza para convivir en un entorno distinto, recordando a los seres queridos que partieron de este mundo.
Aurelia Medina, indicó que como cada año se organizan para celebrar una de las tradiciones más arraigadas de la cultura mexicana. “Venimos la familia a visitar a los difuntos, aquí tenemos a nuestros padres y nuestros abuelos, cada año en este día les traemos flores, adornamos las tumbas, las limpiamos, traemos globos, además cada uno pone sus altares de muertos en sus casas y después de estar aquí y pasar un rato en el panteón nos reunimos en casa”, explicó.
Mencionó que, a los niños y adolescentes de la familia, les inculcan la tradición del día de muertos, sobre todo a quienes viajan desde San Antonio para conmemorar esta fecha, pues considera que es una ocasión para que vean cómo se celebra en México y conozcan nuestras tradiciones.
“Nos organizamos todos, yo me encargo de preparar todo y compro las flores y luego entre todos los hermanos nos repartimos los gastos y también mi hermana cada año compra camisetas de distintos colores, elige un diseño y así nos venimos este día”, señaló.
Robo de tumbas, el rostro malvado
Una desagradable sorpresa se llevó la señora Leticia de la Rosa, al descubrir la tumba de sus hijas y padres sin la imagen de la Virgen de Guadalupe de granito colocada dentro de la capilla en la cabecera de la lápida, desde hace más de 20 años.
Con tristeza comentó que al llegar, como cada año, a visitar el sepulcro de sus familiares, observó que la imagen había sido despegada y robada, dejando el ladrón de tumbas una enorme piedra en su lugar.
Si bien la sepultura data de 1949, nunca ha estado abandonada, pues mencionó que sus padres siempre la visitaban y acostumbraban a limpiar el terreno y colocar flores, tradición que heredó y más aún con el fallecimiento de sus hijas, cuyos restos descansan en el mismo lugar.
La señora Leticia dijo que no sólo acude en esta festividad, sino durante el año, ya sea en el Día de las Madres, aniversarios luctuosos, cumpleaños y fin de año, por lo que no lucía abandonada y no esperaba este robo, como se dan casos en el panteón, tanto de los floreros de las lápidas, como de arreglos.
Limpieza, otra forma de recordarlos
La familia Ramos Esquivel, un año más en esta significativa fecha recorre los panteones de la localidad como el Antiguo Municipal, a visitar la última morada de sus seres queridos y lo hace bien preparada para limpiar el terreno y las tumbas.
“Vengo con la familia, limpiamos la tumba de mis abuelas y mi tío como todos los años, me traigo este carretón con palas, azadón, escoba y una cubeta para acarrear el agua y lavar las tumbas”, comentó José, encargado de dar mantenimiento a los sepulcros.
Mencionó que durante el Día de Muertos visita además, el Panteón del Norte, pues allí descansan los restos de su padre y de un hijo, donde también dejan flores y realiza limpieza, lava la tumba y corta la hierba que crece a los alrededores.
Dijo que lo acompaña parte de su familia, incluyendo a los más pequeños, para que continúen con la tradición de visitar los cementerios no sólo en esta temporada, sino el resto del año, cuando sea posible.