Los panteones se llenan de vida y color. Vivos y difuntos “convivieron” al celebrarse el Día de Muertos, una de las festividades más grandes de México; cientos de personas acudieron a rendir homenaje a quienes ya no están en este plano terrenal.
Desde antes de entrar al camposanto, se siente el ambiente de fiesta, a pesar del significado de la celebración, que hace alusión a las personas que ya no están entre nosotros, los olores, la música, la comida, dan ese toque de alegría a todos los visitantes.
Te podría interesar
- Día de Muertos
Abuelito va al panteón por Día de Muertos y fallece junto a la tumba de su hijo
- Festival de la Catarina 2024
Celebran en Nuevo Laredo el Día de Muertos con espectacular Festival de la Catrina 2024
- Pronóstico del tiempo
Clima en Nuevo Laredo: ¿lloverá durante el Día de Muertos?, estas son las probabilidades
Son más de 20 tumbas en el Panteón Municipal Antiguo, pero conforme pasan los años son menos los visitantes, aunque no dejan de ser cientos. “La mayoría son tumbas antiguas, y muchos de los descendientes ya fallecieron, eran los que venían a dejar sus flores, pero ahora también descansan en paz”, dijo Sonia Elena Gutiérrez, vendedora de flores.
Los ramos de flores van desde 50 pesos, pueden ser naturales o artificiales, en manojo, en arreglo floral y hasta sueltas, estas últimas cuestan 20 pesos cada una en promedio.
En el interior iban y venían los limpiadores de tumbas, quienes “hacen su agosto”, aseando las lápidas, retirando maleza y acarreando cubetas con agua. Desde 50 pesos o “lo que guste cooperar”, reciben de paga por sus servicios.
El ambiente era familiar, algunos llevan bebidas para refrescarse y acompañar la plática que generalmente es sobre los momentos felices que les dejó su difunto. Otros llevan taquitos algo más elaborado, para pasar la tarde con su ser querido. La música no falta y si es en vivo mucho mejor.
“Es una tradición muy bonita que nos complace a nosotros el venir a cantarles un poquito a las personas y alegrarnos el día”, comentó Adrián Gamaliel, integrante de un grupo musical que por primera vez acudió al cementerio.
Luego de visitar las tumbas de sus seres queridos, muchos de los visitantes se dan un festín a la salida del panteón, donde comerciantes ofrecen pan, chicharrones, gorditas, churros, enchiladas, elotes, tacos, dulces mexicanos, entre muchos más antojitos.