Enrique Rangel Zamora falleció a los 53 años de un infarto, sin embargo, su muerte dio nueva vida a tres personas. Ahora, sus riñones y un pulmón ya fueron trasplantados, en un hecho que es el primero en la historia de Nuevo Laredo.
En vida, Enrique siempre tuvo el deseo de donar sus órganos y aunque no se registró como donador, su familia cumplió con su última voluntad.
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Su funeral estuvo repleto de personas que lo estimaban, pues incluso antes de convertirse en héroe al donar sus órganos, era un miembro activo de la comunidad, además de compartir su pasión por las motocicletas.
¿Quién fue el donante?
Era un “biker” conocido en los dos Laredos. Enrique sufrió un infarto y fue trasladado de emergencia a un hospital particular, donde se hizo todo por salvarlo, pero presentó muerte cerebral.
Se le trasladó luego al Hospital General, donde se cuenta con el permiso para la procuración, requisito para la donación de órganos.
“Mi padre era la persona más bondadosa que existió, no importaba quien fueras, si necesitabas, él siempre te iba dar la mano. Mi padre siempre fue una persona que vio por todas las gentes, siempre comentó que cuando él falleciera quería donar sus órganos, siempre expresó esa idea, porque él quería seguir ayudando. Lo hablamos en familia y cumplimos su voluntad”, expresó Enrique, quien lleva el nombre de su padre y su abuelo.
Comentó que todo el impacto de la vida de un hombre se ha transformado en vida para otras personas y es a través de ellos, que sigue y seguirá viviendo.
Fue justo el 10 de mayo que a Nuevo Laredo llegaron dos equipos de cirujanos, al Hospital General, en donde el cuerpo de Enrique fue cuidado por el personal sanitario, para que los especialistas de Monterrey realizaran la extracción de sus órganos.
La cirugía para extraer los órganos inicio a las 3:36 y culminó a las 5:24 y para el traslado de los órganos se apoyaron en el personal de las ambulancias URSA, partiendo al aeropuerto a las 6:10 de la mañana y de ahí a Monterrey.
Mientras, decenas de “bikers”, acompañaron a Enrique y su familia en la Funeraria La Paz para darle el último adiós al amigo, al hermano, al padre y al esposo, que partió de este mundo terrenal, dejando vida en tres personas que requerían de un órgano para poder vivir.