Para los usuarios del Puente Internacional 2, ir de Nuevo Laredo a Laredo, Texas, y de regreso, requiere paciencia, pero no por revisiones del CBP, sino problemas del lado mexicano, pues a pesar de no ser un periodo vacacional, se generan largas filas, atribuídas a la apertura de pocas casetas de cobro de peaje y la tardanza en las obras.
Desde inicios de noviembre del año pasado, antes de que iniciara la temporada vacacional, comenzaron las obras de remodelación en los dos cruces internacionales de vehículos particulares, en el caso del Puente Juárez-Lincoln, edificar una caseta de cobro de Capufe ubicada en el extremo derecho ha tomado varias semanas para completar, lo que reduce a tres los módulos de peaje, de los cuales con frecuencia sólo se habilitan dos, provocando un cuello de botella que genera las filas a partir de este punto, mientras que el cuerpo del puente suele verse vacío, tal como ocurrió ayer, cuando El Mañana documentó desde el aire la problemática.
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“Parece que nunca acaban de hacer una casetita, y para colmo, de las otras tres casetas que sí están funcionales sólo habilitan dos, por eso la fila se hace de las casetas de Capufe hacia atrás -del lado mexicano-, mientras que el puente está sólo de ida a Laredo, casi siempre”, reclamó Jaime Ramírez, usuario frecuente del cruce.
TAMBIÉN DE REGRESO
A esta problemática de filas generadas de sur a norte se suma otro inconveniente: las líneas de regreso de Laredo a Nuevo Laredo, pues a pesar de que existe una infraestructura con más de una docena de carriles para ingresar a México por el Puente 2, solamente se habilitan tres y en el mejor de los casos cuatro, mientras que el resto están bloqueados, lo que genera también tardanza de norte a sur.