El 11 de septiembre la ciudad alcanzó su punto máximo en mucho tiempo en cuanto a saturación de migrantes, los albergues estaban rebasados en su capacidad y se generaron campamentos improvisados, al día siguiente se dio a conocer que Laredo dejaría de ser receptor de solicitudes de asilo político en Estados Unidos, y en ese corto lapso se han retirado alrededor de 4 mil migrantes de poco más de 5 mil que llegaron a la ciudad en los últimos meses.
Esta movilización no sólo se traduce en el retiro de la última oleada, sino una pausa indefinida en el enorme flujo migratorio del que Nuevo Laredo fue el epicentro por años.
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En las calles del Centro de Nuevo Laredo era común observar migrantes, mayormente haitianos, algunos incluso laborando para subsistir junto con sus familias, se habían incorporado a vacantes en la construcción y sectores comerciales, como albañiles, guardias de seguridad e intendencia, hoy su ausencia es notoria, pues sucedió en poco tiempo.
Solamente de junio a la fecha han nacido ocho bebés de padres haitianos en Nuevo Laredo, el último de los alumbramientos ocurrió el lunes 26 de septiembre. Hoy, los albergues se encuentran al 30-40 por ciento de su capacidad, de acuerdo con el último reporte por parte de la Dirección de Protección Civil y Bomberos.
“De los más de 4 mil migrantes haitianos que teníamos en la ciudad ya se han retirado alrededor de 3 mil y ha sido con recursos municipales, con autobuses en los que se han trasladado a otras ciudades del país, con esto de que se terminó el programa, los hemos ayudado para su retorno”, dijo la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas Villarreal.
Quienes se han retirado, ha sido por su propia cuenta, mientras quienes permanecen, lo hacen de manera legal al contar con el permiso migratorio, incluso para laborar.