Con la ordenación del diácono Ángel Adolfo Rivera Montoya, de 30 años, se mitiga un poco la necesidad de nuevas vocaciones sacerdotales y a la vez se cumple su sueño de seguir los pasos de Cristo a manos de monseñor Enrique Sánchez Martínez, obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo.
La escasez de sacerdotes es notoria, y no es para menos, durante los dos últimos años de la pandemia, se han retirado algunos sacerdotes, ya que muchos de estos son de otras Diócesis que fueron prestados por dos o tres años, pero vienen otros jóvenes a integrarse al trabajo sacerdotal, dijo monseñor Sánchez Martínez.
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“Es el fruto que tenemos en la Diócesis de muchos años de formación y preparación no podemos decir que se ordenan muchos cada año, no lo podemos decir porque somos una diócesis que se inicia, no hace mucho escuchamos que Guadalajara va ordenar a 70 sacerdotes más de los que tiene Nuevo Laredo, pero estamos hablando de otros procesos, ellos han juntado dos, tres años sin ordenar , pero aun así son diócesis centenarias”, expresó.
El obispo explicó el porqué de la escasez de sacerdotes en la ciudad.
“Porque hubo retiro de sacerdotes, porque en Nuevo Laredo siempre hemos tenido presencia de sacerdotes de otras Diócesis que nos prestan por un tiempo y en tiempo de la pandemia los obispo empezaron a retirar sus sacerdotes por la necesidad que ellos tenían en sus propias diócesis”.
Lamentó que los padres claretianos que se encontraban en la parroquia Sagrados Corazones se hayan tenido que ir de la ciudad, pues ya tenían en Nuevo Laredo 75 años, por lo que la ordenación como sacerdote de Ángel Adolfo es una esperanza.
ALEGRÍA Y FIESTA
Destacó que será en agosto cuando la Diócesis de nueva cuenta presente a dos diáconos más que serán ordenados sacerdotes, esto es un signo de esperanza y deja en claro que el seminario da el fruto a su debido tiempo, cuando debe ser, por lo que su anuncio es una fiesta para la iglesia, tal como la que se vive con el nuevo sacerdote Ángel. Para Ángel, ayer fue un día de alegría y fiesta, pues en el marco del 36 Aniversario Sacerdotal del padre y pastor monseñor Enrique Sánchez Martínez, fue ordenado como sacerdote ante la presencia de sus familiares, quienes emocionados veían este acto de amor.
“Soy originario de Monterrey, Nuevo León pero todo mi seminario lo hice aquí, presté mi servicio en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Anáhuac, asistiendo también al padre José Luis, de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en estación Sánchez”.
El llamado lo recibió a los 15 años, en la iglesia de su natal ciudad, en donde sirvió como monaguillo y llegó a Nuevo Laredo en el 2011. El entonces estudiante del Seminario enfrentó muchos obstáculos, entre ellos, su familia, porque no quería que tomara una mala decisión, pero al ver que seguir los pasos de Cristo era su sueño y su vocación le brindaron todo su apoyo y, muestra de ello, es que estuvieron presentes en esta emotiva misa para su ordenación sacerdotal. Finalmente, dijo a los padres y jóvenes que no tengan miedo al llamado de Dios, y cumplan esta vocación sacerdotal.