Por 10 meses los cuerpos de la familia de Laredo, Texas permanecieron en el fondo de un depósito para agua de lluvia, por el lugar pasaron cientos de miles de automovilistas sin darse cuenta de lo sucedido.
El hallazgo se registró el 11 de abril alrededor de las 2.00 de la tarde, en el municipio de Anáhuac, en el extremo norte de Nuevo León, kilómetro 174+150 de la autopista Monterrey-Nuevo Laredo y fue un trabajador quien hizo el descubrimiento cuando laboraba en la zona y dio aviso a la Guardia Nacional.
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Alrededor de este pozo se pueden observar postes de una cerca que rodea el estanque, algunas de estas se encuentran derribadas, posiblemente por el auto de la familia al momento de caer.
Actualmente el estanque se encuentra vacío, pero al momento del rescate de los cuerpos estaba lleno de agua, lo que impedía ver con claridad el auto que estaba en su interior.
El auto Chevrolet, modelo Sonic amarillo, con placas NBX-4740, del estado de Texas, fue sacado con una grúa del depósito y en el interior se encontraban tres cuerpos en avanzado estado de descomposición.
Luego de las pruebas de ADN se determinó que efectivamente se trataba de Gladys Cristina Pérez Sánchez de 39 años de edad y sus hijos, Juan Carlos de 16 y Michele Cristina de nueve años.
El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) se había unido a la búsqueda e incluso había puesto a disposición del público un teléfono para recibir información y poder localizarlos.
El 21 de junio, la familia de Laredo, Texas habían ido a visitar al papá de Gladys y abuelo de los menores quien radica en Sabinas Hidalgo, Nuevo León. Se presume que cuando estaba de regreso se registró la volcadura que terminó con la terrible tragedia.