Emiliano tiene casi dos años sin ir a la secundaria en Nuevo Laredo, solo el primer grado pudo asistir físicamente, esta a unos meses de terminar esta etapa educativa.
Se ha perdido una de las mejores etapas de su vida, tal vez, la pandemia además del tema de salud y económica, ha tenido un gran impacto en nuestros niños.
Te podría interesar
La educación a distancia que se ejerce desde hace casi dos años por la pandemia vino a agudizar el rezago educativo en materia de aprendizaje; la desigualdad en cuanto el uso de tecnologías forman parte de los principales factores que se han reflejado en el bajo aprovechamiento de los alumnos.
“Nos encontramos ya a más de un ciclo escolar trabajando a distancia y ello ha provocado un abismo en la medición de los aprendizajes de los alumnos, debido a ciertos factores que provocan el bajo aprovechamiento, tales como la desigualdad en cuanto al uso de la tecnología -los aparatos electrónicos- con los que cuentan en casa, debido a que en algunas familias tienen más de dos hijos y un solo celular o computadora”, expresó la maestra Leticia, quien está al frente de dos grupos.
Destacó que en muchas familias se tienen que dividir horarios para que sus hijos puedan estar en clases en línea, aunado a la velocidad de internet, pues no en todos los hogares se cuenta con wifi en el domicilio o, de acuerdo a los sectores donde se encuentren, la señal no llega, dejando sin conectividad a los estudiantes.
“Incluso la desmotivación de los padres de familia al perder el objetivo de aprendizaje de sus hijos y centrarse en sólo cumplir al enviar trabajos, buscando las respuestas en diversas aplicaciones, omitiendo así que el alumno desarrolle su pensamiento crítico, han sido unas de las principales causas de apertura a este abismo educativo”, resaltó.
La maestra Leticia señaló que todo esto ha desencadenado a denominar este fenómeno como “pobreza de aprendizaje”, tanto que los docentes se ven obligados a trabajar bajo diversas estrategias didácticas para conservar la motivación intrínseca de los alumnos y padres de familia.
“La educación a distancia ha sido difícil tanto para maestros, alumnos y padres, debido a que nunca se llevó una sola línea de trabajo a nivel nacional o estatal, los docentes utilizamos nuestras propias herramientas para trabajar desde casa como laptop, luz, internet e incluso hasta plataformas que tuvimos que costear de nuestro sueldo para poder mantener la conexión con nuestros alumnos, los padres de familia aportando el tiempo para además de apoyar en la realización de tareas, dándose el espacio para manejar diversas plataformas como Zoom, Classroom, Meet, Kahoo, correos electrónicos, etcétera, para poder continuar, pero no todos fueron persistentes y algunos decidieron abandonar esta meta”, manifestó.
La maestra aseguró que se han creado incluso ‘abismos inimaginables’ entre la educación de los niños y niñas y la comunicación con los docentes.
“Se da el caso que continuamente los docentes monitoreaban a los alumnos para conocer el por qué abandonar la comunicación y clases a distancia y los padres manifestaban que los niños no aprendían y que preferían que perdieran el ciclo escolar antes de seguir así, mientras que la Secretaría de Educación, lanzaba acuerdos con la temática de no reprobar a los alumnos, han sido muchas controversias que parecieran no tener fin y el único afectado al final es el alumno”, puntualizó.