El General Maclovio Herrera Cano fue un militar que se unió al movimiento de la Revolución Mexicana; una bala le perforó un pulmón y al caer de su caballo se golpeó fuertemente la cabeza y murió. El lugar donde falleció es actualmente un patio en una colonia popular al poniente de Nuevo Laredo.
En honor al general se construyó un monumento y al crecer la población en la ciudad fronteriza, éste quedó prácticamente en el patio de una casa. Posteriormente se delimitó el lugar para que únicamente quedara el monumento en la calle Arteaga, en casi esquina con Viena de la colonia Buenos Aires.
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El monumento histórico del General Maclovio Herrera marca el lugar exacto donde el General cayó y murió cuando una bala, supuestamente de uno de sus soldados, le atravesó el pulmón derecho.
Según la historia, el general, con dolor por la herida, tiró con fuerza de las riendas del caballo y el potro se sintió sujetado fuertemente, por lo que sus patas delanteras se levantaron haciendo que Herrera cayera. En el transcurso de su caída, se golpeó la sien derecha, provocándole muerte instantánea.
La muerte del hombre de 100 batallas quedó marcado el 17 de abril de 1915; a pesar de ser un hombre muy reconocido en Nuevo Laredo, no nació en la ciudad fronteriza, pero la defendió con su vida.
El "Caporal" fue uno de los generales más famosos de Pancho Villa, a quien le debía muchos de sus laureles en Zacatecas, y su funeral fue una impresionante y muestra de sincero, un duelo en la ciudad de Nuevo Laredo: la gente asistió en masa.
Cuando Venustiano Carranza escuchó la noticia del sacrificio de este valiente revolucionario, gritó de dolor: ¡Hemos perdido la batalla!.
Maclovio Herrera en la Revolución Mexicana
La celebración de la Revolución Mexicana es recordada en México cada 20 de noviembre, es un día de reflexión por la lucha de hombres y mujeres que se unieron en un movimiento bélico para defender su tierra y la libertad de elegir a sus gobernantes.
El general herrera nació en San Juanico, Parral, Chihuahua, el 15 de noviembre de 1879, su familia estaba compuesta principalmente por mineros. Desde 1909 simpatizó con el antirreeleccionismo; en concordancia con el Plan de San Luis, se levantó en armas en noviembre de 1910, en Ciudad Hidalgo.
Después de la abdicación de Porfirio Díaz y los Tratados de Ciudad Juárez, sufrió el licenciamiento de gran parte de sus tropas, quedando como teniente coronel y como segundo al mando del 40o.
En 1913, fue uno de los primeros en oponerse a Victoriano Huerta. Se unió a las fuerzas de Manuel Chao y con ellas atacó Ciudad Camargo, luego tomó la Plaza de Santa Ana, que estaba defendida por quinientas tropas huertistas federales. Operó entre las regiones fronterizas entre los estados de Chihuahua y Durango.
En agosto de ese año ya era general de brigada, sumando otro prestigio al prestigio de la División Norte. Junto a Francisco Villa participó en la primera toma de Torreón, la eventual toma de Ciudad Juárez y el fallido ataque a Chihuahua; en noviembre de 1913, él y su famosa caballería fueron los principales ejecutores y héroes de la victoria de la Batalla de Torre Blanca.
El 17 de abril de 1915, cuando la situación empezaba a mejorar para los constitucionalistas, Herrera embarcó a su tropa en un convoy ferrocarrilero cerca de Nuevo Laredo, Tamaulipas, pero al acercarse a caballo al tren murió a manos de sus propios soldados, que supuestamente lo desconocieron.
Maclovio Herrera será recordado siempre como uno de los principales personajes que dejó la Revolución Mexicana el 20 de noviembre de 1910.