Pablo entra a trabajar a las 8:00 de la mañana y debe trasladarse desde El Nogal al Centro de la ciudad para acudir a su trabajo; sin embargo, a pesar de que debería ser un traslado que no exceda los 20 o 30 minutos, debe estar en la parada de autobuses a las 6:30 de la mañana, pues de lo contrario ya no alcanzará a subirse y deberá esperar más de una hora extra y llegaría tarde.
Este es el predicamento que viven miles de neolaredenses ante el precario transporte público de la ciudad que es definido por sus usuarios, como precario por su problemática en baja frecuencia de paso, unidades antiguas y no climatizadas, así como su falta de interconexiones y rutas eficientes.
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VIEJOS Y TARDADOS
Entre las rutas que los usuarios denuncian como mayor problemática en frecuencia de paso, se encuentra Nogal por Coca, con una tardanza de hasta una hora entre una y otra unidad, mientras que los fines de semana la espera se puede prolongar hasta dos horas. De ahí le sigue la ruta Cavazos Lerma, con 40 minutos de espera entre uno y otro; de igual manera en fin de semana se incrementa hasta una hora y media.
En el caso de esta última, se suman los señalamientos de los usuarios, de que no respeta el trayecto establecida, pues si bien lo usual es que circule por Leandro Valle y dé vuelta en Lincoln para tomar la avenida Guerrero, los usuarios dicen que en ocasiones, desde que sale, va por toda la Guerrero, mientras que los que esperan en Chedraui (Aquiles Serdán y Washington), se quedan esperando y deben tomar en su lugar un camión de ruta Mirador o caminar para tomar otro que con una trayectoria similar.
Para los usuarios, las unidades más descuidadas son las “azules” del Kilómetro 10, así como la ruta Laredo, Tx-Benito Juárez, que además, tardan de 45 minutos a una hora en pasar.
COSTO BENEFICIO
José percibe el salario mínimo y depende del transporte público para trasladarse a su centro de trabajo -en dos rutas- desde el poniente hasta el Centro de la ciudad y de regreso, así como el de sus dos pequeños hijos a la escuela y de vuelta a casa, consumiendo hasta una cuarta parte de sus ingresos sólo en traslados.
Para la gran mayoría de los usuarios, es inimaginable y sobre todo injustificado un incremento al costo del pasaje, a pesar de que el fenómeno inflacionario ha provocado una escalada de precios en productos y servicios de todo tipo, pues al menos en Nuevo Laredo las unidades no cumplen con los estándares de otras ciudades en las que las unidades son climatizadas, con rutas y conexiones más eficientes, e incluso hasta con wi-fi gratuito.
“Es un abuso que quieran subir el transporte. Quieren subirlo a 15 pesos, más de un 60 por ciento de lo que cuesta hoy en día. La mayoría de los usuarios llegamos a utilizar el transporte mínimo dos o hasta cuatro veces por día y si eres jefe de familia, pagar el transporte del resto de la familia, ¿cuánto nos están quitando de nuestro salario mínimo por un servicio que no es de calidad?, que es obsoleto”, expresó Humberto, usuario de las rutas que circulan al poniente de la ciudad.
El tema del transporte público será prioritario para el gobierno municipal pues ya trabaja en un plan para mejorar y modificar las rutas en base a las necesidades de los usuarios, que será planteado al gobernador del Estado, Américo Villarreal Anaya, por parte de la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal.