Aracely González ha esperado desde hace más de ocho años un trasplante de riñón, pero la disponibilidad es poca y la lista larga para poder recibir este órgano en Nuevo Laredo.
Como ella, hay más de 60 personas dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social en espera de este anhelado órgano, pero se considera que localmente, hay cerca de 500 neolaredenses, con la esperanza de conseguir un trasplante de riñón.
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A diferencia de Aracely, el año pasado, 50 pacientes no soportaron las complicaciones de la insuficiencia renal derivadas de la diabetes y la hipertensión, y perdieron la vida.
Panorama que es muy desalentador, en el caso de ella, ni su esposo y hermano fueron compatibles con ella, por lo que debe de seguir en espera, hasta que aparezca un donador cadavérico que cumpla con todas las característica que ella necesita y poder aspirar a ese órgano.
“Cuando llega haber un órgano disponible, no solo me hablan a mí, sino a otras tres o cuatro personas, y de todos los que nos citan solo pasan a uno. No es nada fácil conseguir un donador, en mi caso, nadie de mi familia fue compatible”, dijo Aracely, quien por un accidente hace tres años perdió su lugar en la lista de espera; tuvo que volver a empezar todo lo que había avanzado, lo que complica aún más su condición, pues debe de hemodializarse tres veces por semanas y en el instituto no siempre le aplican su tratamiento como es.
Aunado a que no existe la cultura de la donación, lo que complica para estos pacientes el poder tener una mejor calidad de vida. Cifra que podría ir en aumento, según datos proporcionados por la Secretaría de Salud hay más de 36 mil neolaredenses con hipertensión y diabetes, y más de la mitad con ambas patologías.
Siendo estas las principales desencadenantes de la insuficiencia renal, aunque también hay otros factores como infecciones, cálculos y el uso de algunos medicamentos. Otro factor es el envejecimiento, ya que cada vez se ven personas más longevas, esto también se asocia a la enfermedad crónica renal.