En el siglo XVI, Nuevo Laredo estaba ocupado por los indios Coahuiltecos además tenían fuerte presencia en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y en algunos territorios de Texas, Estados Unidos.
Por el clima inhóspito de la región debieron dedicarse a la recolección, la caza y la pesca, y comían frutos de vainas de mezquite. Las tribus de los Coahuiltecos eran más atrasadas culturalmente que sus vecinos del norte como los apaches.
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En los años de 1690 y 1691 misioneros españoles viajaron a Candela, Coahuila y posteriormente hasta San Antonio, Texas en aque viaje los misioneros reportaron haber visto a por lo menos 39 grupos de Coahuiltecos. Lo que sorprendió a los viajeros es que todos hablaban el mismo idioma.
Los Coahuiltecos gustaban de comer la carne cruda, andaban desnudos o cubiertos solo con un taparrabos de piel de venado, según historiadores la tribu en ocasiones comían carne humana y pulverizaban los huesos del sacrificado para comerlos con harina del fruto del mesquite.
En Nuevo Laredo se han encontrado rastros de las tribus
Los indios también cazaban ratas, ratones y serpientes, comían caracoles, ranas, lagartos, arañas y otros insectos.
Hoy en día se puede encontrar vestigios de su existencia, se han encontrado puntas de flecha en los caminos a rancherías por cientos y son objeto de colección.
Los indígenas de la zona murieron ya en una etapa temprana, de modo que sólo los documentos de la época anterior pueden proporcionar información.
Durante época colonial español, casi todos los coahuiltecos fueron expulsados de su tierra natal, desde el sur por los colonizadores españoles y desde el norte por los apaches Lipan.
Los coahuiltecos sufrieron por las enfermedades de los españoles, como la viruela y el sarampión, que a menudo superaron a los colonos de los asentamientos fronterizos.
En 1790, los españoles tuvieron atención en los grupos coahulitecos y karankawa sobre los apaches invasores. En Coahuila, vecino de Texas era el único sitio donde había una convivencia apache-caoahuiltecana inusual. Los grupos locales se mezclaron con los refugiados de Coahuila, Chihuahua y Texas.
Se creé que tras la hostilidad de los apaches y los españoles huyeron a las regiones de Chihuahua. La mayoría de los coahuiltecos desvanecieron en el siglo XVIII su identidad. En 1800 había sólo unos pocos, conocidos por su nombre, pero en 1900 se habían extinguido todos.
Al día de hoy se pueden encontrar aún puntas de flechas en Nuevo Laredo, Tamaulipas y la región de Coahuila y Nuevo León.