Ir y venir del poniente de Nuevo Laredo, sobre todo el norponiente, ya no es como antes, hoy en día los ciudadanos se ven obligados a buscar las arterias que no estén cerradas por reparación o bien que no tengan mayor flujo vehicular, algo casi imposible debido al tráfico que se forma en los principales accesos que conectan este sector con el centro de la ciudad.
“Es imposible transitar, además de que haces mucho tiempo para trasladarte de un sector a otro a pesar de ser vías rápidas, además de que por donde sea está cerrado por estar reparando algún hundimiento o bache. Es caótico, imagínese si regresaran a las escuelas, las calles de Nuevo Laredo ya son pocas y la mayoría inservible”, señaló Gloria Mendoza.
Parte de esta problemática son las obras que parecen no tener fin, como la reparación del socavón de González y América, que lleva más de 60 días, a pesar de que las autoridades habían señalado que la obra podría tardar 45.
Así como esta obra interminable en el poniente de Nuevo Laredo, existen otras por diversos sectores de la ciudad como la obra en la calle Anáhuac, justo en el paso a desnivel, que tiene meses sin concluirse, provocando un caos sobre la avenida Monterrey y Privada Esteban Baca Calderón, justo en las vías del tren por donde transitan unidades pesadas, provocando no sólo lentitud en el tráfico, sino además incontables baches.