Miles de neolaredenses de varias generaciones disfrutaron las películas que proyectaban en esa legendaria sala cinematográfica, de la cual solo queda la fachada; el cine favorito de los chicos de las secundarias cuando se la "perreaban"... ese era el Cine Palacio, el lugar de las películas "prohíbidas" en Nuevo Laredo
Su edificio en ruinas aún se conserva en el corazón la colonia Juárez. Desafiante, aún sigue en pie el vetusto edificio con su nombre a todo lo largo de la cornisa principal.
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La época de Oro del Cine Palacio
Es el único que sigue en pie de las salas que se construyeron en la ciudad y que en un principio sirvieron para la exhibición de las cintas que marcaron la famosa "época de oro" del cine mexicano.
El Cinema Palacio sigue en pie y los neolaredenses de edad madura que pasan por ahí voltean al cine y sonríen recordando sus tiempos de secundaria y preparatoria.
El edificio, situado en las calles Morelos y Mina se erigió cuando Nuevo Laredo era una ciudad pequeña y los límites apenas llegaban a unas cuantas decenas de cuadras al sur y al poniente.
La gente conoció a través de su pantalla a estrellas nacionales e internacionales de la industria cinematográfica de la época.
Su máximo esplendor fue durante la época de la Segunda Guerra Mundial, cuando México, prácticamente ajeno al disturbio mundial, producía y además exportaba películas, lo que le dio a ganar mucho dinero a las compañías productoras.
Su decadencia
Los neolaredenses tenían a su alcance varias salas pequeñas de cine a las que acudían en familia, como parte de las pocas distracciones y sitios de entretenimiento que ofrecía la ciudad.
El Cine Hidalgo, el Nacional, la Sala Independencia, el Zaragoza, el Cinema Isabel, el Juárez, y el autocine Serenata, del cual queda una pared con una pintura, ofrecían entretenimiento a los neolaredenses de la época.
El cine Palacio pertenecía a la familia Juárez y las películas mexicanas que se exhibían eran producidas con apoyo del gobierno.
Las de las "ficheras"...
Durante la década de los 80's empezó también la decadencia del cine nacional y dio paso a la producción de lo que se conocería como el "cine de ficheras".
Esto afectó a la costumbre de ir con la familia al cine y dio paso a la asistencia individual o de parejas adultas, con la filtración de adolescentes curiosos que ansiaban ver al natural a las vedettes de las películas mexicanas que marcaron una época decadente de la industria fílmica nacional.
Libertad Lamarque, María Félix y Miroslava, cedieron su lugar a Sasha Montenegro, Angélica Chaín y Wanda Seux, junto con el humor picaresco y alburero de Alfonso Zayas y El Caballo Rojas.
La sala llena del Palacio derivó con los años a una magra asistencia de cinéfilos que a escondidas asistía a sus funciones, mientras la llegada de cadenas nacionales con mejor tecnología de proyección desbancaba con sus flamantes instalaciones a los viejos cines de barrio.
El tiempo no perdonó y sus puertas cerraron para no abrirse jamás.
Hasta que no se derrumben las paredes del Cine Palacio, el lugar de las películas "prohíbidas" en Nuevo Laredo, seguirá siendo un testigo mudo de aquellos que en su adolescencia no se perdían los filmes ahí exhibidos.