Los hombres y mujeres de la Revolución Mexicana ya fallecieron, pero las construcciones y edificios son mudos testigos de los hechos y gestas heroicas del movimiento social más relevante de México en el Siglo XX: El Polvorín tiene historia... y está en Nuevo Laredo.
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Sin duda, este sitio simbólico de Revolución Mexicana ubicado en Nuevo Laredo almacenó municiones y pólvora durante la época revolucionaria.
Edificio para guardar pólvora y municiones
El edificio de piedra está localizado a un costado de las vías del tren, a la altura de la avenida Eva Sámano.
Posterior a la Revolución, el inmueble se utilizó durante el gobierno del Presidente de la República Plutarco Elías Calles como reserva de armas, pero posteriormente quedó abandonado.
Historiadores de la ciudad relatan que aunque El Polvorín es un lugar pequeño, es un simbólico importante para México y Nuevo Laredo, por el tipo de construcción y por los fines que tuvo en la llamada Revolución Mexicana.
Después de varias decenas de años en el abandono, en el 2010 fue remodelado y desde entonces se convirtió en uno de los bienes tangibles de la ciudad.
Esta edificación está construída con materiales de la región y su arquitectura es de estilo vernáculo, una manera de construir muy del norte de la República Mexicana.
Durante su reconstrucción se proyectó que se convertiría en museo, con elementos referentes a todo lo relacionado a la época de la Revolución.
Dentro del proyecto original, se mostraría una serie de fotografías correspondientes al movimiento armado que se vivió aquí en la frontera.
Maclovio Herrera murió en la zona de El Polvorín.
El General Maclovio Herrera, héroe de la Revolución, murió en una batalla y su cuerpo quedó a muy corta distancia de este edificio.
Su construcción con piedras areniscas, más cal y arena, material que se utilizaba en esa época.
El Polvorín se suma como monumento histórico al edificio de la Antigua Aduana, el Palacio Federal, la Iglesia del Santo Niño y el Reloj de la Plaza Hidalgo.