La curiosidad por la Isla Bermeja revivió luego de la intención del presidente de Estados Unidos Donald Trump por renombrar al Golfo de México, donde se encontraría este misterioso lugar.
Por muchos años la Isla Bermeja apareció en los mapas de México, pero a partir del siglo XX la existencia del territorio desapareció y actualmente la curiosidad entrono al tema se reavivó.
Fue el pasado 30 de enero del presente año cuando la presidenta de México Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre la Isla Bermeja y porque esta desapareció de los mapas después del siglo XX, otro punto que volvió a poner al sitio en el interés público.
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La Isla Bermeja y su presunta existencia
Alonso de Chávez fue la primera persona en registrar o dar a conocer la Isla Bermeja entre 1533 y 1537, a través de su libro Espejo de Navegantes.
A partir de entonces el mito y la presunta existencia se diversificó en los mapas, pero su existencia jamás pudo ser comprobada.
Aunque a principios del año 1700 la isla dejó de existir en los planos cartográficos del Golfo de México al probablemente comprobar su inexistencia.
A pesar de ser borrada de los mapas, este islote volvió a aparecer de nuevo por Blas Moreno de Zabala y la describió como un destino al norte de Campeche con una gran barranca bermeja con arboledas y rodeada por un rio de agua dulce.
En 1775 se dedicó el primer viaje para conquistar el lugar que nadie antes había pisado, pero no apareció.
Ciriaco de Ceballos, marino y cartógrafo español, se encomendó encontrar el fantasioso destino entre 1804 y 1805, pero para sorpresa de nadie no fue localizado.
Posteriormente en el Derrotero de las Islas Atillas de las Costas de Tierra Firme y del Seno Mexicano de 1820 se decretó su inexistencia.
Incluso el presidente de México Ernesto Cedillo, en los años 70 realizó la búsqueda del lugar sin éxito, con embarcaciones y aéreos.