Las perrillas, también conocida como orzuelos, es una infección bacteriana que afecta las pequeñas glándulas ubicadas cerca de la base de las pestañas.
Este problema oftálmico se caracteriza por la aparición de un bulto rojo, doloroso y con pus, semejante a un grano o un forúnculo, que puede desarrollarse en el borde exterior o interior del párpado. Aunque puede causar molestias, generalmente no representa un peligro significativo para la salud ocular.
¿Por qué salen las 'perrillas'?
En la mayoría de los casos, las perrillas desaparecen por sí solas en unos pocos días. Mientras tanto, aplicar un paño tibio sobre el ojo afectado puede aliviar el malestar y acelerar el proceso de recuperación.
Te podría interesar
Sin embargo, es crucial consultar a un médico si el enrojecimiento y la hinchazón persisten más de 48 horas, o si los síntomas se extienden hacia la mejilla u otras zonas del rostro.
Entre los síntomas comunes del orzuelo se encuentran la inflamación, el dolor en el párpado y el lagrimeo excesivo. Es importante diferenciarlo de afecciones similares, como el chalazión, que se produce por la obstrucción de una glándula sebácea y suele ser indoloro.
En cuanto a las causas, el orzuelo se asocia con la infección por bacterias como el estafilococo. Entre los factores de riesgo destacan tocarse los ojos con las manos sucias, usar maquillaje caducado, no retirar los cosméticos antes de dormir o manipular lentes de contacto sin desinfectarlos adecuadamente.
Condiciones preexistentes como la blefaritis o la rosácea también aumentan la probabilidad de desarrollar esta afección.
Los mitos urbanos
Culturalmente, las perrillas han sido objeto de mitos populares. En algunos lugares, se asociaban con mirar perros copulando, mientras que en países como Venezuela se creía que surgían por negar algún deseo a una mujer embarazada. Estas creencias carecen de fundamento científico, pero reflejan la popularidad extendida de las tradiciones orales.
Con un buen cuidado personal y siguiendo medidas de higiene, es posible prevenir la aparición de una perrilla. En caso de presentarla, la aplicación de calor local es una solución efectiva y sencilla. Así, aunque molestas, las perrillas pueden ser manejadas con éxito y sin complicaciones mayores.