DINOSAURIOS

Labocania aguillonae, primo del Tiranosaurio Rex, es hallado en Coahuila

Un descubrimiento en Coahuila ha añadido una pieza clave al conocimiento paleontológico: el hallazgo de un hueso frontal de dinosaurio ha permitido la clasificación de una nueva especie: Labocania aguillonae.

El Tiranosaurio de Coahuila
El Tiranosaurio de CoahuilaCréditos: Internet
Escrito en NACIONAL el

Un reciente descubrimiento en Coahuila ha añadido una pieza clave al conocimiento paleontológico: el hallazgo de un hueso frontal de dinosaurio ha permitido la clasificación de una nueva especie de tiranosaurio, Labocania aguillonae.

Este depredador carnívoro ha sido identificado tras exhaustivos análisis filogenéticos, y debe su nombre a la paleontóloga Martha Carolina Aguillón, quien descubrió el fósil.

El primo del Tiranosaurio Rex

El paleontólogo Héctor Rivera Sylva, jefe del Departamento de Paleontología del Museo del Desierto (MUDE), destacó la relevancia de este hallazgo.

El fósil fue extraído de la Formación Cerro del Pueblo, una rica fuente de restos prehistóricos en el noreste de México. Rivera Sylva enfatizó que Labocania aguillonae forma parte de un grupo de tiranosaurios endémicos del sur de Laramidia, una masa continental que existió durante el Cretácico Superior.

Este descubrimiento es especialmente importante porque sugiere que los tiranosaurios tenían una distribución más limitada de lo que se pensaba. A diferencia de los grandes depredadores modernos, que suelen tener un rango geográfico extenso, estos dinosaurios carnívoros ocupaban áreas más reducidas.

Según Rivera Sylva, esta peculiaridad plantea la posibilidad de que existan muchas otras especies de tiranosaurios aún desconocidas.

72 millones de antigüedad

La antigüedad de Labocania Aguillonae se estima en 72 millones de años. Su identificación ha sido posible gracias a la morfología distintiva de su cráneo, especialmente el hueso frontal rugoso, una característica común en otros tiranosáuridos. El ejemplar encontrado medía alrededor de 6 metros, aunque se calcula que un adulto habría alcanzado entre 9 y 10 metros de longitud.

Este hallazgo no solo amplía el registro de tiranosaurios en México, sino que también refuerza la hipótesis de una mayor diversidad de dinosaurios carnívoros en América del Norte durante el Cretácico Superior. La investigación ha sido publicada en la revista Fossil Studies, marcando un nuevo hito para la paleontología mexicana.