La gastronomía mexicana es un vibrante mosaico de sabores, técnicas y tradiciones que han cruzado fronteras y generaciones, y el pozole negro es un claro ejemplo de esta rica herencia.
Este platillo, basado en maíz, se distingue por su tonalidad oscura y sus sabores profundos, y ha evolucionado de maneras fascinantes.
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Historia del pozole negro
El pozole tiene sus raíces en los estados de Guerrero y Oaxaca. Sin embargo, la versión negra es originaria del estado de Morelos, especialmente del Pueblo Mágico de Xochitepec.
María Isabel Gómez Rueda, una cocinera tradicional de Xochitepec y fundadora del restaurante ‘Dos Abuelos’, desarrolló esta receta en honor a un meteorito que cayó en Zazacatla.
La creación del pozole negro le llevó aproximadamente dos meses de pruebas.
Ingredientes del pozole negro
- Maíz azul: Utilizado por su color y sabor característicos
- Chiles secos: Incluye chiles negros, ancho, cascabel y pasilla
- Albóndiga: Hecha de res o puerco
- Huitlacoche: Un hongo del maíz que añade sabor único
- Hoja santa: Especie aromática que aporta un toque especial
- Chipotle: Chile seco que intensifica el sabor
Generalmente, el pozole negro se acompaña con rábanos, cebolla, lechuga y aguacate. También puede servirse con entradas como tostadas de pata o taquitos dorados.
Para los amantes de la comida mexicana que buscan una experiencia auténtica y nueva, este manjar de Morelos es una opción imperdible.