Entre Díaz Ordaz, Tamaulipas, y Los Ébanos, Texas, se encuentra uno de los pasos fronterizos más singulares: un chalán, conocida como ferry en Texas, que permite atravesar el río Bravo.
Este paso fronterizo es manejado y desplazado manualmente por cuatro hombres que guían la estructura mediante un mecate, tirando de él para avanzar.
El único ferry del Río Bravo
El chalán tiene capacidad para transportar hasta tres vehículos por viaje. Se estima que mensualmente cruzan unos 4,500 automóviles y 1,500 peatones hacia el lado estadounidense. Regularmente opera de 8:00 a 15:30, con un viaje cada 15 minutos, y su uso requiere el pago de una tarifa, similar a los puentes internacionales.
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El paso ha tenido que cerrarse en varias ocasiones debido al incremento del caudal del río, lo que supone un riesgo para la seguridad de los viajeros.
La alternativa en estos casos es utilizar los puentes internacionales más cercanos, Reynosa-Hidalgo y Camargo-Rio Grande City. Por ejemplo, en 2010, la barcaza resultó dañado tras el huracán Alex, quedando inservible por más de cinco meses. En mayo de 2015 y junio de 2015, también se cerró debido a las intensas lluvias y la liberación de agua de las presas del lado mexicano.
Este cruce fronterizo es de propiedad privada, perteneciendo a Ediberto Reyna Jr. y Linda Reyna de Houston, y Armando de la Garza de Díaz Ordaz, aunque está regulado por las administraciones fronterizas de ambos países.
Atractivo turístico
Históricamente, antes de la construcción de los puentes a lo largo del río, los chalanes eran el único medio para cruzar. Desde principios del siglo XIX, se tiene constancia de una de estos navíos en este cruce específico, aunque el servicio actual está en funcionamiento desde 1950.
Además de su función como infraestructura y medio de transporte, la nave constituye un atractivo turístico incomparable para las comunidades fronterizas, siendo el único en su tipo entre ambos países. Ha recibido visitas de turistas de diferentes partes de Estados Unidos, Canadá y México.
A pesar de su vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos, el ferry sigue siendo una opción viable y pintoresca para cruzar el río Bravo, aunque la propuesta de construir un puente que ofrezca un mejor servicio sigue sin materializarse.