La Ley 73 del IMSS está dando de qué hablar porque resulta que la actualización por UMAs está afectando a los pensionados y es que los aumentos anuales son tan limitados que parece que en lugar de mejorar, empeoran. Bajo esta ley, las pensiones se calculan usando salarios mínimos, pero los ajustes se hacen según la UMA. Esto significa que el poder adquisitivo de las pensiones va disminuyendo con el tiempo.
Factores que hay que tener en cuenta
Cuando se calcula la pensión de un trabajador bajo la Ley 73 del IMSS, se tienen en cuenta varios factores clave, como la cantidad de semanas que ha trabajado, su edad y el promedio de su salario en las últimas 250 semanas.
El momento de la jubilación es crucial ya que los trabajadores deben llegar en las mejores condiciones posibles para asegurarse de obtener la pensión más alta que El Instituto Mexicano del Seguro Social pueda ofrecerles.
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Esto sucede porque, una vez que el IMSS determina la pensión, cualquier aumento en los años siguientes se basará en las UMAS, o sea, las Unidades de Medida y Actualización.
Diferencia notable para quienes se jubilaron antes de estos cambios
Con estas pensiones, el aumento ha sido tan lento que los pensionados que se retiraron antes de los recientes aumentos salariales están viendo cómo se quedan atrás. La diferencia es bastante notable para quienes se jubilaron antes de los cambios.
Esto resulta en una brecha significativa, especialmente para los pensionados que enfrentan nuevos gastos asociados con la vejez. En México, es común ver a adultos mayores trabajando informalmente para cubrir sus necesidades básicas. Por eso, es fundamental prepararse y tomar medidas anticipadas para asegurar una pensión adecuada y un retiro digno.
Preparar con antelación para manejar los gastos que vendrán
Para maximizar la pensión, se recomienda complementar con una buena estrategia de inversión en la Modalidad 40 del IMSS. Esto permite cotizar con un salario más alto al final de la carrera laboral. Recuerda, la pensión se ajusta cada año según la UMA, lo que reduce el poder adquisitivo. Así que planificar con anticipación es clave para enfrentar el aumento de gastos futuros.