En el país completo vecinos están instalan topes improvisados para controlar la velocidad de los automovilistas, pero esta práctica puede resultar peligrosa y conllevar multas.
Los topes no oficiales pueden aumentar el riesgo de accidentes debido a su falta de señalización y pueden dañar vehículos, además de contribuir a la contaminación al generar mayores emisiones de dióxido de carbono y consumo de gasolina.
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Colocar topes no autorizados puede resultar en sanciones de 11 a 20 Unidades de Medida y Actualización (UMAS), equivalentes a $1,141 a $2,074, o incluso un arresto breve, según la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México.
Para solicitar la instalación de topes oficiales, se debe presentar una solicitud a través de los Centros de Servicio y Atención Ciudadana (CESAC) o LOCATEL, incluyendo información detallada sobre la ubicación y justificación.
El proceso es gratuito y se evalúan factores como el flujo vehicular y la proximidad a escuelas o hospitales.
Los topes deben cumplir con normativas específicas y ser instalados por autoridades competentes para garantizar su efectividad y seguridad.
La Comisión de Alcaldías y Límites Territoriales del Congreso local ha llamado a mejorar el mantenimiento y señalización de los topes existentes para asegurar una correcta visibilidad y funcionalidad.