Los monos que deambulan por las calles de Lopburi, Tailandia, son parte integral de la cultura local y una atracción turística popular. Sin embargo, tras años de conflictos peligrosos entre los residentes y los monos, y numerosos intentos fallidos de controlar su población, la comunidad local y las empresas están agotadas.
La tensión llegó a su punto más alto en marzo, cuando una mujer sufrió una lesión en la rodilla al ser atacada por un mono que intentaba robarle la comida, y otro hombre fue derribado de su motocicleta por un mono hambriento.
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Athapol Charoenshunsa, director general del Departamento de Parques Nacionales, Fauna Silvestre y Conservación de Plantas, anunció que Tailandia planea reubicar a 2500 monos tras una serie de ataques a residentes, colocándolos en espacios más amplios.
El plan se desarrollará en colaboración con expertos en vida silvestre para encontrar una manera de mantener un número limitado de monos en libertad dentro de la ciudad.
Queremos evitar que los humanos lastimen a los monos y que los monos lastimen a los humanos
declaró Charoenshunsa en una conferencia de prensa en Bangkok.
Hasta la fecha, se han capturado 37 monos, la mayoría de los cuales han sido entregados a las autoridades de vida silvestre de la provincia vecina de Saraburi, mientras que otros han sido trasladados al zoológico de Lopburi.
Se planea capturar al resto de los monos una vez que los recintos estén listos, especialmente aquellos que se encuentran en áreas residenciales. Se están preparando jaulas separadas para las diferentes tropas de monos con el fin de evitar conflictos entre ellos.