El consumo excesivo de azúcar puede llevar a problemas de salud como sobrepeso, obesidad y diabetes, lo que ha llevado a muchas personas a sustituirlo por endulzantes artificiales. Sin embargo, esta alternativa puede no ser la mejor opción para todos.
Según un Documento de Consenso de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), aunque algunas personas utilizan endulzantes artificiales para reducir calorías, disminuir el consumo de azúcar o controlar el peso, estos cambios podrían afectar el control glucémico y otros aspectos del bienestar de manera compleja.
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En México, el uso de edulcorantes artificiales ha aumentado un 10.7% anual, ganando popularidad tanto en productos industriales como en opciones para el hogar, según un informe de SAGARPA consultado por el Laboratorio de datos contra la Obesidad (LabDO).
Estos edulcorantes se encuentran en una variedad de alimentos y bebidas, incluyendo refrescos, chicles, cereales, siropes y productos de repostería.
Aunque los endulzantes artificiales se consideran seguros en cantidades moderadas para la mayoría de los adultos sanos, los especialistas coinciden en que lo fundamental es mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio.
Algunos estudios sugieren que el consumo excesivo de endulzantes artificiales podría estar asociado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas y, en general, con una mayor mortalidad.
Además, hay investigaciones en curso sobre cómo estos endulzantes afectan la comunicación entre el intestino y el cerebro, los antojos de dulces, la sensación de hambre y la regulación de la glucosa en sangre.