MEDIO AMBIENTE

Araña violinista: revisa estos lugares de tu casa, ahí es donde se esconde

Evita sorpresas desagradables, pues la mordedura de una de estas arañas podría mandarte a ti, a tus hijos o a tus mascotas al hospital

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Tener cualquier tipo de arácnido en tu casa o jardín es un verdadero dolor de cabeza, más si tienes niños pequeños o mascotas. Ni hablar si les tienes miedo, pero debes reconocer que hay de arañas a arañas, pues no lo es mismo que tengas una de las llamadas patonas a que tengas un nido de una violinista.

Aunque estamos en pleno verano, las lluvias por la temporada de huracanes han azotado prácticamente en todos los estados del país, por lo que las arañas violinistas se resguardan en varios lugares de tu casa, incluso pueden estar más cerca de lo que imaginas.

Debes de tenerle respeto a este tipo de araña, ya que su veneno es 10 veces más poderoso que el ácido sulfúrico. La Secretaría de Salud enlista todo lo que puede causar la picadura de este arácnido.

Puede provocar la muerte debido a que su veneno disuelve los tejidos, causa muerte celular, contiene poderosas enzimas que destruyen todo lo que tiene proteínas y su efecto es 10 veces más poderoso que la quemadura con ácido sulfúrico.

¿Cómo puedes detectar a una araña violinista?

Es una araña nocturna, por lo que olvídate de encontrarla durante el día en tu casa o jardín. Podrás identificarla por su abdomen y el cefalotórax, que sueles ser del mismo tono, café. En ocasiones pueden tener un color un poco más oscuro en el abdomen. Su característica más distintiva es la marca en forma de violín que se encuentra en la parte superior de su cefalotórax.

¿En qué lugares puede esconderse una araña violinista?

Al ser un arácnido, esta especie buscará lugares estrechos y tranquilos para esconderse, provisto de seguridad y de poca invasión humana, por lo que es recomendable que constantemente limpies tu hogar y las cosas apiladas en rincones y armarios sean sacudidas con regularidad.

  • En los armarios y detras de tus electrodomésticos
  • Debajo de la cama y de los muebles que casi no se mueves
  • Adentro de las grietas que nunca han sido selladas
  • Entre las macetas de tu jardín
  • En las pilas de bolsas o artículos amontonados