Betiana Sánchez, de 27 años, murió de una forma terrible, prensada entre su vehículo y un camión de pasajeros cuando viajaba de Cancún a Playa del Carmen; aunque los médicos trataron de salvarla, no resistió y sufrió dos infartos, al tercero perdió la vida.
Su novio Salomón Romano, de 27 años, tenía un mal presentimiento. Ambos se habían asociado hace menos de dos semanas para tener una empresa de coches de renta, Ren A Car. Cuando debían entregar un coche, él manejaba el coche que rentaban y ella manejaba su camioneta, así cuando entregaban el vehículo, ambos regresaban juntos.
Ese día, el martes pasado, Salomón pasó un semáforo verde y después una de las curvas más peligrosas de esa carretera; tomó el celular para avisarle y pedirle que no se apresurara, pues ella le envió un audio en el que le dijo que estaba parada en un semáforo.
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Aunque Salomón comenzó a bajar la velocidad para que su novia la alcanzara, esto no ocurrió. Comenzó a llamar desesperadamente, sin éxito.
Entonces alguien contestó.
"Oye, wey, escuché el teléfono y atendí. Ven, apúrate, que hay una persona atascada entre una camión y la camioneta", le dio una persona a Salomón, quien de inmediato se dio vuelta para buscar a Betiana.
"Tenía un mal presentimiento, sabía que algo podía llegar a pasar. No me lo perdono, es mi culpa", comentó Romano.
El joven mexicano de 27 años se encontró con la camioneta BMW despedazada, con su novia aún con vida, pero prensada entre su vehículo y el camión.
"No la podiamos sacar", relató Salomón a El Clarín, periódico de Argentina. "Estaba muy lastimada, sobre todo en la cabeza, tenía fractura de cráneo y varias roturas más. Tuvieron que venir los bomberos primero y luego la ambulancia la trasladó al Hospital Galenia de Cancún. Llegó con vida, le hicieron cuatro cirugías, pero tuvo dos paros y no resistió".
Salomón y la familia de la joven han estado recaudando fondos para poder llevar sus restos a Córdoba, Argentina, junto a su familia.
El tuvo que velar a la mujer con la que hace unos meses se comprometió y con quien estaba a punto de casarse. Se quedó con el vestido de novia de Betania y con muchos sueños inconclusos. Ahora deberá entregarle sus restos a sus padres, algo doloroso para Salomón.