Don Alejo Garza Támez, pasó a la historia por su valiente resistencia contra el crimen organizado. Este empresario y cazador mexicano se enfrentó solo a un grupo de sicarios cuando, en 2010, estos intentaron arrebatarle su rancho “San José” en Padilla, Tamaulipas.
La amenaza no lo intimidó; al contrario, lo motivó a defender su propiedad y proteger a sus trabajadores, quienes, por instrucción suya, no acudieron al rancho ese día.
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Don Alejo Garza Tamez
Nacido el 17 de julio de 1933 en Allende, Nuevo León, Alejo Garza creció entre bosques y serranías. Hijo de un aserrador, aprendió desde joven el oficio, y junto a sus hermanos, estableció la maderera “El Salto” en Durango, desarrollando un exitoso negocio en el sector forestal.
Su pasión por la caza y su excelente puntería hicieron de él un experto cazador, especialmente de venados, gansos y palomas. Su colección de armas deportivas era extensa y, años después, esas habilidades le serían útiles para defender su rancho.
El 13 de noviembre de 2010, pistoleros le dieron un ultimátum: tenía 24 horas para abandonar su propiedad. Alejo Garza, decidido a no ceder, se preparó para lo inevitable.
Cuando el grupo armado llegó a la propiedad disparando al aire, Garza Támez respondió con una precisión letal, logrando abatir a cuatro sicarios e hiriendo a otros dos.
Pese a la superioridad numérica y al armamento especializado de los atacantes, el empresario los contuvo hasta que finalmente fue abatido.
Al llegar las fuerzas armadas, hallaron la casa destrozada y los cuerpos de los delincuentes. Para sorpresa de los militares, el rancho estaba estratégicamente defendido, con armas posicionadas en puertas y ventanas.
La figura de Alejo Garza Tamez ha inspirado corridos, películas y hasta cómics que inmortalizaron su último acto de resistencia, donde decidió enfrentar a los criminales y proteger su legado hasta el final.