Investigadores australianos han documentado que el proceso de descomposición humana puede provocar movimientos post mortem en los cadáveres, arrojando luz sobre una etapa sorprendente de la muerte.
Esta revelación surge de un estudio de 17 meses donde los cuerpos fueron filmados en intervalos de 30 minutos, evidenciando movimientos inesperados.
Los muertos que se mueven después de fallecer
Los resultados muestran que, en particular, los brazos del cadáver se desplazaban notablemente durante el proceso. Alyson Wilson, estudiante de ciencias forenses y autora principal del estudio, explicó que estos movimientos son probablemente resultado de la contracción de ligamentos en descomposición.
Te podría interesar
Wilson detalló cómo los tejidos en descomposición afectan la movilidad de ciertas partes.
Se observó que un brazo se separaba y luego volvía a tocar el costado del cuerpo,
Las “granjas de cuerpos”, como se conoce informalmente a las instalaciones de donación, representan una invaluable fuente de información para la investigación forense.
Dichos lugares permiten estudiar en profundidad el deterioro de los restos humanos en ambientes naturales. Además de la contracción de tejidos, otros factores como la actividad de insectos, especialmente larvas y escarabajos, influyen en el movimiento post mortem, según la tafonomista forense Shari Forbes del Centro Internacional de Criminología Comparativa.
Estos movimientos dependen en gran medida del clima, variando entre climas áridos y húmedos. Por ejemplo, en ambientes cálidos y húmedos, la descomposición ocurre a mayor velocidad que en zonas frías o secas.
La hinchazón provocada por gases intestinales que ya no están contenidos también contribuye a este fenómeno, como detalló Lori Baker, antropóloga forense de la Universidad de Baylor.
Desentrañando misterios
La primera “granja de cuerpos” de Estados Unidos en la Universidad de Tennessee, inaugurada en 1981, ha sido fundamental para estudiar la descomposición en condiciones naturales y acelerar el desarrollo de técnicas forenses.
Estos lugares siguen ampliando el conocimiento científico, desentrañando así los misterios de lo que sucede con nuestros cuerpos después de la muerte, desde la rigidez inicial hasta la exposición final de los huesos.