Está demostrado que con la llegada de la temporada invernal, aumenta la incidencia de casos de parálisis facial hasta un 5%, generando preocupación y preguntas sobre si el frío es el desencadenante directo de este problema de salud.
Se tiene la creencia popular que si cambias drásticamente de sitio con temperaturas diferentes corres el riesgo de que "se te enchueque la boca", como popularmente se refieren las personas a este tipo de mal.
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El frío y la parálisis facial
Sin embargo, según expertos médicos, el frío en sí mismo no es la causa, sino más bien las infecciones respiratorias que pueden favorecer la inflamación del nervio circundante.
Los médicos aclaran que aunque el frío puede congelar las manos, causar dolor y propiciar infecciones respiratorias, no es la causa directa de la parálisis facial.
Sin embargo, señala que los cambios bruscos de temperatura podrían desencadenar la inflamación del nervio facial en personas que hayan sufrido previamente infecciones respiratorias u otros problemas de salud.
Existen tres teorías que intentan explicar la patogenicidad de la parálisis facial: viral, vascular isquémica y autoinmune. Por lo general, este problema se manifiesta después de infecciones respiratorias, otitis, infecciones dentales, herpes zoster, enfermedad de Lyme, virus del herpes simple, virus Epstein-Barr y Micoplasma pneumoniae.
Protegerse del frío
Los médicos enfatizan la importancia de protegerse del frío, especialmente para aquellos que han experimentado infecciones previas. Recomienda el uso de bufanda, gorro u orejeras para evitar cambios bruscos de temperatura que puedan propiciar la inflamación del nervio facial.
La parálisis facial afecta al séptimo par craneal, encargado de llevar información entre el encéfalo y los músculos de las expresiones faciales.
Esta inflamación en el conducto auditivo puede ocasionar incapacidad para mover adecuadamente la cara y afectar los músculos, dando lugar a síntomas como dolor de oído, adormecimiento facial, sensación de hormigueo, lagrimeo del ojo, alteraciones en el gusto, músculos caídos y dificultad para comer.
En promedio, estos casos tienen un aumento del 5% en época de frío. El 75% de los casos no tiene una causa aparente y suele presentarse de manera súbita, empeorando de dos a tres días después.
Diferentes grados
Afortunadamente, la lesión en aproximadamente el 85% de los casos es de tipo neuropráxico, con un pronóstico favorable y recuperación total en 3 a 4 semanas.
Sin embargo, un 10% presenta axonotmesis de grado variable, cuya recuperación puede llevar varios meses, y el 5% restante, también con características de axonotmesis, queda con secuelas importantes.
Los pacientes deben prestar atención a los síntomas y buscar atención médica de inmediato. El tratamiento incluye electroterapia a baja frecuencia para estimular los músculos paralizados, ejercicios faciales y otras técnicas con fisioterapeutas.
Aunque el frío no es la causa directa de la parálisis facial, los especialistas aconsejan precaución frente a cambios bruscos de temperatura, recomendando no exponerse al frío de manera repentina, abrir ventanas o puertas después de permitir la ventilación, y abrigarse adecuadamente el rostro y el cuello.
La prevención y la atención temprana son fundamentales para una recuperación exitosa en la mayoría de los casos.