A casi un mes de la detención de uno de los líderes del narcotráfico más importantes de México, Ovidio Guzmán pidió disculpas por segundo "Culiacanazo" a habitantes de Jesús María desde su confinamiento en Penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
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De acuerdo con familiares que visitan al hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, consultados por Milenio, el capo quiso disculparse con su "rancho" como cariñosamente se refiere a Jesús María, por los daños ocasionados en esta segunda aprehensión llevada a cabo por el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.
Cada que pueden, pasan el recado de Ovidio y piden que se corra la voz en todo este poblado serrano de Culiacán, pues desde ese día, las personas no dejan de tener miedo de la violencia que impera en el aire.
Mireyda Ramírez, a quien conocen como La China en Jesús María, cuenta que desde el pasado 5 de enero no duerme bien por el recuerdo de las ráfagas de disparos desatada en el operativo, donde murieron 10 soldados y 19 presuntos criminales.
"Todas las noches sueño lo mismo: los balazos, los guachos (militares), las ráfagas y el helicóptero ese. Mis hijos están más traumados, ni siquiera quieren ir a la escuela, apenas hace una semana empezaron a ir porque no quieren salir de aquí”, contó Mireyda Ramírez.
A casi ya un mes desde su detención, las calles aún lucen con casquillos calibre .50 de los fusiles Barret usados; mientras tanto, los pobladores se mantienen inconformes con los daños provocados a las casas aledañas al suceso, esperando impacientemente la llegada de los apoyos prometidos por el Gobierno de Sinaloa.
Destacan los agujeros en paredes, techos y ventanas de los domicilios afectados.
“Ahorita llovió más adentro que afuera porque toda la lámina quedó agujereada... yo no he recibido ningún apoyo de nadie, mucho menos del gobierno”, aseveró Greisy Carrillo, habitante de Jesús María.
Muchos de ellos aseguran incluso que Ovidio Guzmán ya los hubiera ayudado en este punto, contrario a lo visto por las autoridades.
En tanto, el Ejército se mantiene en el poblado con labores de seguridad, incluido un retén en el ingreso de la sindicatura, pero, sobre todo, dando comida, cortando cabello, dando atención médica y mantenimiento a las cuatro escuelas que hay en Jesús María para intentar ganarse a los habitantes del que fuera el hogar de Ovidio Guzmán.